La redundancia de los medios

Todo por una foto.  Camarógrafos y fotógrafos disputaban espacios de terreno para conseguir la imagen de los candidatos.

Todo por una foto.  Camarógrafos y fotógrafos disputaban espacios de terreno para conseguir la imagen de los candidatos.

Como ha sucedido en ocasiones anteriores, la extracotidianidad que supone la jornada electoral impuso todo un montaje y un despliegue de recursos para su cobertura mediática. Y esta vez, ese montaje repitió fórmulas.

La validez de la primicia se anuló en esta cobertura: todos buscaron ser los primeros y la transmisión empezó temprano en la mañana. Sin embargo, tal primicia nunca llegó, todos tuvieron la misma información que se repitió, a pesar del 'zapping'. Así, el retraso en la conformación de las juntas dejó su cualidad de denuncia y adquirió un tono igual de anecdótico que la lluvia interfiriendo la asistencia a las urnas en ciertos poblados.

Todas las señales tuvieron un enviado especial a los principales recintos, quienes vía microonda enumeraban las juntas y la cifra esperada de votantes y redundaban sobre la 'novedosa' división distrital. La pregunta sobre el desarrollo de la jornada también se repitió de señal en señal, y los coordinadores y miembros de mesa daban la misma respuesta: todo normal.

Esos mismos enviados persistieron en acompañar a los candidatos cuando se acercaron a las urnas. Los presidenciables marchaban rodeados de varias cámaras, cuyos operarios luchaban codo contra codo por un ángulo, milimétricamente distinto. Y como parte del libreto: los candidatos mostraban su raya en la papeleta.

La puesta en escena en los estudios mostró mesas y paneles, pantallas enormes donde se exhibía el título con el que cada señal quiso bautizar su cobertura: Opción 2013, Elecciones 2013, Decisión 2013 (nótese la similitud de los nombres). Algunas cadenas incluso crearon un código con sus enviados; así en la Radio Pública del Ecuador, desde cabina se daba el paso: "Ecuador vive en democracia" y desde algún rincón del país el corresponsal respondía: "Porque hoy la Patria gana".

Los recursos musicales, con una tonada entre solemne y sugestiva, acompañaron a los elementos visuales de los montajes en estudio. A través del televisor, la idea de inmediatez y simultaneidad se potenciaba con las pantallas divididas; hasta cuatro en Ecuador TV.

Como lo obliga la globalidad, todas las señales hicieron énfasis en el voto en el extranjero, en especial desde los países donde la población ecuatoriana es mayor. Mientras que las cadenas internacionales procuraron ubicar a sus corresponsales en puntos icónicos del país: Jorge Gestoso reportaba para TeleSur con las cúpulas coloniales de la Catedral de Quito como fondo.

La abundancia de cifras y datos se continuó una vez dados los resultados virtuales del 'exit poll'; con una variación: ahora la cantidad no solo fue dicha, sino mostrada en barras y cuadros; a los que -minutos después - siguieron mapas para el desglose provincial.

Como la primicia quedó anulada, tras tanta redundancia, la búsqueda de diferencia recayó en los puntos de vista y las lecturas de los analistas invitados, o en la breve entrevista con los virtuales ganadores y sus colaboradores.

En algunos medios también se ofreció un viraje hacia el 'infotenimiento', esa forma de soltar información con matices más emocionales y de entretenimiento; así, por ejemplo, se aprovechó la asistencia a urnas de la hija de Rafael Correa, Dominique, para reflexionar sobre la alta participación del voto joven. La familia también acompañó a Correa cuando recibió resultados en Carondelet, momento transmitido por todas las señales; al igual que la rueda de prensa, compuesta -sobre todo- de preguntas condescendientes.

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