Entre el pacto y la ‘muerte’...

Solo al final de la tarde de ayer, los asambleístas recibieron la convocatoria para la sesión del jueves, en la cual debiera continuar la truncada elección de dignidades legislativas. Ese día se pondrá a prueba el anuncio del presidente Rafael Correa de un acuerdo amplio para asegurar gobernabilidad en el ámbito legislativo, y que, desde luego, incluiría las designaciones pendientes.

Tras la reelección de Fernando Cordero en la Presidencia de la Asamblea Nacional, en la cual se revivieron viejas prácticas en torno a los “acuerdos”, al Gobierno no le ha quedado más que tratar de estirar las sábanas en nombre de una plataforma supuestamente pública, transparente y programática, que sin embargo será difícil de concretar.

En primer lugar, porque los asambleístas que acostumbran negociar sus votos gustan de hacerlo caso por caso, y será difícil reeducarlos en función de un proyecto ajeno. Y en segundo lugar, porque entre el resto de legisladores, incluidos los del bloque oficialista, se despierta el deseo de contar con, al menos, el mismo poder de negociación con el que cuentan los propietarios de los votos cruciales.

Entre la reiterada advertencia extrema de la “muerte cruzada” -que tiene varias ventajas para alguien que piensa que el Ejecutivo preside todas las funciones del Estado, pero asimismo el gran problema de concentrar demasiado poder y, por ende, desgastarse- y el anuncio de una mayoría de largo plazo, el Gobierno ha tenido una gran posibilidad de acuerdos que ha desperdiciado por despreciar los acercamientos con la oposición.

Ahora Correa sale al escenario para tratar de suplir el papel que no han podido cumplir sus ministros políticos. Pero con ello toma parte del desgaste de la Legislatura -que históricamente no le ha afectado-, aunque no asegura una solución para la gobernabilidad legislativa. ¿Volveremos a escuchar pronto otra amenaza de “muerte cruzada”?

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