Fernando Cordero lo consiguió. Se quedará al frente de la Legislatura dos años más, representando a los mismos asambleístas que junto a él alcanzaron una curul en las elecciones de abril del 2009.
[[OBJECT]]Sin embargo, tendrá que lidiar con una Asamblea Nacional diferente. La sesión de ayer confirmó que la bancada de Alianza País, la más numerosa, tiene enormes dificultades para sostener una mayoría de 63 votos que le permita avanzar, sin contratiempos, con su agenda legislativa.
Más allá de la estrepitosa caída que tuvo el plan de César Rodríguez por ser presidente de la Asamblea, la jornada de ayer no aguardó sorpresas. Por el contrario, confirmó que hay desgaste en el oficialismo.
La angustia por sumar los votos ya se vivió en la sesión del 15 de julio, cuando una oposición aún desorganizada alcanzaba 63 voluntades para insistir en las reformas al Código Orgánico de la Función Legislativa, que, entre otros temas, plantea cambiar la metodología en fiscalizaciones y juicios políticos.
A Cordero ya se lo vio inquieto ese día. También lo estuvo su bancada, una semana después, cuando Rodríguez se abstuvo de votar por Tania Arias como delegada al Consejo Transitorio de la Judicatura. A partir de esas dos sesiones, la caza de votos se ha convertido en una gestión indispensable. Sin el voto en blanco de María Paula Romo, por ejemplo, Tania Arias se quedaba fuera del Tripartito.
Han sido varios días de cuentas aritméticas, llamadas telefónicas y, si se asumen como ciertas las palabras del presidente Rafael Correa y de asambleístas como Dalo Bucaram, de ofrecimientos de cuotas políticas y cargos.
Cordero tiene ante sí a una Asamblea diferente. El 31 de julio del 2009, él llegó a la Presidencia con 74 votos. Paco Moncayo, los dos votos de la ID y los tres del PRE se sumaron entusiastas a su candidatura.
Los vicepresidentes que lo escoltaron tuvieron 68 adhesiones.
Ayer, Cordero se ganó 60 votos ‘duros’ y una serie de gritos y reclamos por la forma en la que la presidenta encargada, Irina Cabezas, condujo la votación, anulando el primer intento de reconteo.
Esto, mientras los votos blancos de tres legisladores de bajo perfil: Henry Cuji, Fernando Vélez y la alterna de Alfredo Ortiz, le daban a Alianza País una victoria apretada. El voto electrónico se convirtió en esa manta que cubrió ayer las negociaciones de último minuto.
El oficialismo prefirió que los votos sorpresa se los identificara en la pantalla del proyector, sobre hechos ya consumados. Por eso Cabezas no dio paso a la moción de Andrés Páez (ID) porque el voto fuera nominal y razonado.
Un par de ocasiones, las cámaras enfocaron a la asambleísta Marllely Vásconez cruzar los dedos de sus manos, esperando que los votos llegaran a sumar 63. La fórmula solo sirvió para reelegir a un Cordero tenso y despeinado, que bebía agua desde su puesto, en el centro del hemiciclo que volvió a conquistar.
Pero no hubo votos para elegir a los dos vicepresidentes: una señal que puede servir de guía para entender lo que vendrá, en materia legislativa, hasta el 2013.
¿Se volvió el 63 el número imposible de conseguir? “Es factible conseguirlo con la anulación de las rectificaciones”, ironiza Moncayo, tras criticar a Cabezas.
La sesión de ayer, para el ex Alcalde de Quito, tiene una sola lectura. “Cordero está al frente de una Asamblea con una oposición fortalecida que va a seguir dando sorpresas en las votaciones”.
“Ayer actuamos con sensatez y, pese a nuestras diferencias, logramos armar un frente en favor de Betty Amores”. Esto porque el MPD y el PRE no insistieron en la candidatura de Rodríguez.
Con ese mensaje, Moncayo ve que ahora es Alianza País la bancada que luce desorientada sin poder controlar a sus propios asambleístas.
La oposición confía en que podrá poner a Amores en la primera Vicepresidencia y a Leandro Cadena en la Segunda. Moncayo lo sostiene y Galo Lara lo ratifica. Además celebran la conformación del Consejo Administrativo de la Legislatura con tres sillas opositoras, de las cuatro.
Si en las próximas sesiones el pronóstico se mantiene, la pelea política más importante se dará en la Ley de Comunicación.
“Vencimos al miedo y ganó la democracia”. Es la frase con la que Galo Lara responde al asegurar que el Gobierno ya no tiene la mayoría en la Asamblea y que para ganar una votación “tiene que ofrecer algo a cambio de cada voto”. A su juicio, las visitas de Ricardo Patiño al Parlamento en los últimos días han demostrado el fracaso de las negociaciones. “Su mayoría está pegada con saliva y no va a tener los votos para aprobar una ley como la de medios”.
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