Rafael Correa tiene una obsesión enfermiza con el tema de la prensa. Únicamente una anomalía emocional puede explicar que un Mandatario invierta más del 90% de su energía intelectual en prestarle atención a los medios.
Es evidente, por ejemplo, que para @MashiRafael la prensa es el tema que más lo mueve a escribir en Twitter. Por la hora que coloca sus mensajes y por lo que dice en ellos parecería que no tiene otra cosa en qué pensar cuando se levanta.
Abundan explicaciones a este comportamiento que hablan sobre los poderes fácticos, sobre los supuestos intentos desestabilizadores de los medios y sobre “intereses creados” . Puro bla, bla…
La verdad es que los medios se han comportado con su Gobierno igual que lo hicieron con los otros anteriores, ya hayan sido de derecha o de izquierda. Con Sixto Durán Ballén, Gustavo Noboa o Lucio Gutiérrez la prensa ecuatoriana fue igual de dura o de laxa que con Correa. La diferencia quizá es que durante esos otros gobiernos había un número mucho mayor de medios independientes.
Es más, antes la sociedad era mucho más sensible a las denuncias que la prensa hacía. Lo acontecido con el escándalo de los ‘Pativideos’, el lío de los contratos del Gran Hermano o los supuestos negociados de Ricardo Antón hubieran desestabilizado a cualquiera de los gobiernos anteriores. A este no le han hecho casi mella. No hay, entonces, motivos concretos que expliquen tanta atención al tema. La pista pudiera estar, más bien, en lo psicológico.