En el centro del parque El Ejido, en el centro norte de Quito, se agolparon unas 500 personas para conmemorar la muerte de Eloy Alfaro. Ese sitio es conocido como la hoguera bárbara, pues ahí Alfaro fue incinerado por una turba, hace 100 año.
En ese lugar se construyó un monumento, al pie familiares y admiradores del Viejo Luchador le entregaron ofrendas y le dedicaron cánticos. !Que viva la Revolución Alfarista!. Fue una de las frases coreadas. Mariana Crespo llegó hasta ahí junto con su esposo Aníbal, juntos colocaron un ramo de rosas rojas al pie del monumento. Ella agradece a Alfaro por su legado de igualdad de género. Otro ciudadano que también visitó el monumento en honor a Alfaro fue Ramiro Crespo, quien usaba una bufanda roja. Él es estudiante universitario y considera que gracias al legado de Alfaro el germen revolucionario vive en los jóvenes.
A las 17:00 arribó la Comisión de autoridades y delegados internacionales de 14 países, que por la mañana estuvieron en Montecristi. Ellos se sentaron en las sillas delanteras. Sin embargo, hubo quejas de ciudadanos que antes de su llegada fueron removidos de esos puestos. Entre los asistentes estuvieron los asambleístas Maria augusta Calle, Fernando Bustamante, Pedro de la Cruz, Paco Velasco. Entre los ministros destacaron Betty Tola, Coordinadora de la Política, Érika Silva de Cultura, el canciller Ricardo Patiño y otras autoridades del Gabinete.
En primer número del evento, la ministra Coordinadora del Patrimonio, María Fernanda Espinoza, reveló una placa ubicada al pie de la hoguera bárbara. ‘En honor al combate de la impunidad’.
A las 17:50 arribó el vicepresidente entre los aplausos de los asistentes y a las 18:26 llego el presidente Rafael Correa, al son de la canción ‘Patria’.
En su discurso, Correa dijo que Quito no es la ciudad que asesinó a Alfaro. ‘La historia moderna de la república empezó con Alfaro. En este parque con su sangre se inauguraron los derechos civiles. Este pedazo de tierra honra la memoria del viejo luchador, al haberse convertido en un testigo silencioso del crimen más atroz”.
“Aquí se trato de apagar con fuego la llama de la revolución. Alfaro no ha muerto vive con su patria y con su pueblo y no descasaremos y no vamos a claudicar hasta que la miseria haya sido borrada”
Al final del evento el Presidente colocó una ofrenda floral al pie del monumento a la hoguera bárbara.