Para el Gobierno de Ecuador el desplome del régimen de Muamar el Gadafi se reduce a una explicación: el control del petróleo libio.
Así lo sostuvo ayer el canciller Ricardo Patiño, en declaraciones al periódico oficial El Ciudadano. “Como lo hicieron en Iraq, (lo) invadieron, se tomaron el petróleo, murieron miles de centenares de personas y claro, como son los países poderosos del mundo, nadie los enjuicia (…)”.
Con esas expresiones, el canciller Patiño colocó al Ecuador en el reducido grupo de países de la región que rechaza el efecto de la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esa organización, con el aval de la ONU, apoyó a los rebeldes libios para levantarse contra 42 años del régimen de Gadafi.
Junto a Nicaragua y Venezuela, Ecuador es el tercer país de América Latina que se pronunció contra las acciones armadas que prácticamente ayer pusieron fin a la era Gadafi. El resto de gobiernos de la región optó hasta el cierre de esta edición (19:00) por mantener una posición cauta.
Incluso Brasil, que en principio se abstuvo de brindar su apoyo a los insurgentes de Libia, anunció la tarde de ayer que seguirá la línea de la ONU. Es decir, reconocer al Consejo Nacional de la Transición, cuyos miembros a principios de año fueron amenazados por Gadafi de ser eliminados como “ratas” por protestar en contra de su régimen. “Brasil apoya las aspiraciones del pueblo libio por libertad, por democracia, por oportunidades y por progreso institucional”, dijo el canciller brasileño Antonio Patriota.
De este modo, Brasil se sumó a Panamá y Colombia, que reconocen oficialmente al Consejo Nacional de Transición de Libia. El primer país lo hizo en junio pasado. Por su parte, el lunes, el presidente colombiano de Juan Manuel Santos señaló que el Consejo de Transición es “el interlocutor válido para que (Libia) pueda reconstruir su forma de vivir, respetando siempre los derechos humanos, las libertades y los principios democráticos”.
Precisamente, el reconocimiento o no de Gadafi como representante de Libia es un punto que hasta ayer no fue despejado por la diplomacia nacional.
Patiño se limitó a decir que “aparentemente” hay un triunfo de las fuerzas opositoras, aunque cuestionó que la victoria se haya logrado con el apoyo de seis meses de bombardeos de la OTAN.
Al ser interrogado por este Diario, Rafael Quintero, subsecretario de la Cancillería para Asia África y Oceanía, dijo que es un tema pendiente, ante la falta de información confiable.
“Estamos en un período de observación del proceso libio, es un problema que no nos podemos plantear sin el contexto en el que se ha dado”, dijo Quintero, al reiterar que la OTAN debe retirarse de Libia, para que su población decida su futuro político.
La postura global del país frente al caso libio es objeto de críticas internas. A juicio del ex canciller José Ayala Lasso, resulta “preocupante” que Ecuador reaccione bajo consideraciones que él califica como “ideológicas”.
“Parece que el Gobierno no mira con igual preocupación las tremendas violaciones del coronel Gadafi; solo critica (a la OTAN) para defenderlo”.
De forma similar se pronunció en Ecuadoradio el diplomático Miguel Vasco, quien recordó que la administración de Gadafi cometió violaciones contra los derechos humanos, que es un tema que trasciende fronteras y el principio de no intervención.
Voto negativo en caso Siria
Aunque Ecuador está“preocupado” por la situación de los DD.HH. en Libia, en el caso de Siria se opuso a que una misión de la ONU visite a ese país para examinar la situación de los manifestantes reprimidos. En Ginebra, junto a Rusia, China y Cuba, Ecuador fue el cuarto voto que se opuso -sin éxito- la creación de una comisión de investigación internacional sobre las violaciones de derechos humanos en Siria. El objetivo de esa misión es investigar la represión siria de las manifestaciones, incluyendo posibles delitos contra la humanidad.
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Con José Ayala Lasso.