El cable que la Embajada estadounidense envió al Departamento de Estado también se refiere a la secuela que tendría entre los medios ecuatorianos la decisión de revocarle la visa a Xavier Neira.
De hecho, luego de conocerse la revocatoria, el entonces agregado de Prensa, Aaron Sherinian, aseguró públicamente que su gobierno tenía “absoluta confianza” en la información que manejaba en este caso, que sirvió para revocar la visa a los tres miembros del estudio Neira & Asociados: Xavier y Jorge Neira Menéndez, y Eduardo García.
Horas después de que se supiera la decisión, Sherinian fue consultado sobre la relación del retiro del visado con la disputa legal entre Pfizer y Acromax, a lo cual respondió: “Esto es por corrupción y se relaciona con un programa del presidente George W. Bush, no puedo dar más detalles”.
No obstante, puertas adentro la Embajada anticipó que entre los medios la decisión provocaría entre los medios una “carnicería”, y se preparó trabajando con contactos, para medir la reacción pública a otro caso de revocatoria: el del anterior juez de la Corte Suprema Alfonso Zambrano.
A pesar de que la base técnica para esa revocatoria fue por riesgo de fuga y no por corrupción, dice el cable 84975, un funcionario de la Embajada permitió a los medios conectar el caso a corrupción citando las razones por las cuales se podía revocar el visado.
“Una estación de televisión hizo una encuesta sobre si la opinión pública ecuatoriana estaba de acuerdo con la acción de la Embajada: El porcentaje de aprobación estuvo sobre los noventa puntos”.
Estos resultados tempranos de la encuesta informan la manera en que se está manejando las comunicaciones después de que “las revocatorias Pfizer” salieron en la prensa ecuatoriana el 28 de octubre.
“Las llamadas de los medios han sido rápidas y frecuentes, y una encuesta de Teleamazonas señala el apoyo de los ecuatorianos a las acciones de la Embajada en un 80+ y 90%”.
El mismo Xavier Neira inició el frenesí de los medios, según el telegrama. Su respuesta pública a la revocatoria –que él estaba siendo atacado por su trabajo a nombre de Pfizer/Acromax- fue exitosa temporalmente al tenor de la cobertura de los medios. La Embajada ni confirmó ni negó las afirmaciones de Neira, solamente enfatizó que la revocatoria no había sido tomada a la ligera y que se basaba en meses de investigación seria por parte de la Embajada y en un proceso de aprobación en Washington.