La figura de Ariel Sharon, controvertido militar a la vez que audaz político, deja un legado jalonado por luces y sombras, sin el que no se pueden entender capítulos cruciales de la historia de Israel. También lo es del conflicto en Oriente Medio.
Ex primer ministro de Israel, uno de sus políticos más laureados y polémicos de su país, falleció ayer a los 85 años en el hospital de Tel Aviv. Ahí estaba ingresado desde el 2006 y permanecía en estado de coma.
“Sharon es la misma reencarnación de Israel en una sola persona desde 1948, y su legado e influencia abarcan el campo militar, la política, la economía. En resumen, Israel no sería lo que es hoy sin su figura”, explica uno de los más allegados asesores en su etapa de primer ministro, Raanán Gissin.
Su figura, la de díscolo general y astuto estratega, amado y aclamado por unos y odiado por otros, no deja indiferente a nadie. Campañas como las del Sinaí en la Guerra de los Seis Días (1967) o el cerco al Ejército egipcio durante la del Yom Kipur en 1973, en la que, desobedeciendo las órdenes del Estado Mayor, dirigió a sus tropas hasta las puertas de El Cairo, no podrían comprenderse sin su liderazgo.
En su faceta militar es conocido también, entre otros episodios, por su controvertido papel indirecto en la masacres de palestinos de los campos de refugiados de Sabra y Shatila en El Líbano, en 1982.
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La colonización de Cisjordania y la Franja de Gaza también tiene su crédito cuando, siendo ministro de Agricultura a finales de los 70, impulsó la proliferación de asentamientos israelíes en los territorios ocupados.
La Segunda Intifada, la de Al Aksa, le debe en parte el nombre a una polémica visita que efectuó como líder de la oposición, en septiembre de 2000, a la explanada donde se erige el santuario musulmán. Fue el detonante de uno de los levantamientos populares palestinos más importantes.
Sharon será recordado por ser el responsable del confinamiento en Ramala del dirigente palestino Yasser Arafat, al que declaró irrelevante e interlocutor no válido, lo que le valió fama de líder intransigente.
El actual muro de separación israelí que serpentea por buena parte de Cisjordania comenzó a confeccionarse en el 2002, bajo su mandato. Fue una respuesta a decenas de atentados suicidas palestinos.
Sharon gobernó el país entre 2001 y 2006 y, un año antes de sufrir un derrame cerebral que le dejó postrado, creó un nuevo partido, el centroderechista Kadima, con el que sacó adelante la evacuación de colonos y soldados israelíes de Gaza pese a la oposición del Likud.