Un minuto es suficiente para dar con el diagnóstico. La presión del aire, que ingresa a un analizador de gases a través de una pequeña boquilla, arroja de inmediato una curva. Ese resultado determina la capacidad pulmonar y marca la ruta del tratamiento que deberán seguir quienes aún sufren las consecuencias del SARS-CoV-2.
El equipo es parte de las nuevas salas para rehabilitación poscovid que está implementando el Ministerio de Salud Pública (MSP) en hospitales y dispensarios públicos del país. En estas áreas se dará terapia a pacientes con secuelas por el coronavirus que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden afectar a entre el 10 y el 20% de los infectados.
Fatiga, falta de aire y problemas cognitivos como confusión, olvido o falta de concentración y claridad mental son algunos de los efectos del ‘long covid’ o covid de larga duración, un síndrome del que se tiene pistas desde septiembre del 2020. Su impacto puede ser a mediano o largo plazo.
Rehabilitación
El Hospital Docente de Calderón tiene programado evaluar a 125 pacientes. Casi el 60% sufre fatiga. Otros reportan debilidad muscular, tos, falta de coordinación, pérdida de memoria, incluso alteraciones del gusto y del olfato tras la primera ola de contagios.
Jorge Vizcaíno ya fue diagnosticado y comenzó sesiones de 20 minutos en la sala poscovid para retomar, en parte, la vida que tenía antes de la infección. “Podía trabajar, continuamente, sin problema. Ahora a los cinco o diez minutos empiezo a sentir molestias”.
El virus le dejó una polineuropatía -una disfunción de varios nervios-, que le impide caminar con facilidad. El cansancio y la sensación de falta de aire han frenado su rutina. “Con la terapia espero tener un nuevo estilo de vida”. Mauricio Morales es el coordinador técnico de Fisiatría y Rehabilitación del hospital. Explica que con el nuevo equipamiento pueden detectar con más precisión qué ocurre con la interacción pulmón-corazón.
Para trabajar en la recuperación, el área poscovid del hospital de Calderón cuenta con un entrenador muscular inspiratorio. Este equipo tiene una válvula de presión que ayuda a mejorar la funcionalidad del diafragma.
Aunque el pulmón ha sido blanco del SARS-CoV-2, con evidencia de fibrosis o cicatrices que limitan su funcionalidad, el terapista indica que los estudios más recientes han detectado atrofia y pérdida de contractibilidad del músculo del diafragma como principal causa de la fatiga asociada a covid-19.
“El entrenador muscular fortalecerá el diafragma en dos meses y recuperará su funcionalidad en hasta un 80%”, asegura Morales. 14 unidades del MSP tienen este equipamiento, donado por el proyecto Alcanzando el impacto, la saturación y el control epidémico, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid); y la Universidad San Francisco de Quito. La meta es atender a 500 000 pacientes.
Otras huellas del virus
El poscovid es más común en los pacientes que desarrollaron la forma grave de la enfermedad. Sin embargo, la OMS ha registrado personas que tuvieron una enfermedad moderada y experimentaron secuelas respiratorias, neurológicas y psicológicas.
El intensivista, Alberto Campodónico atiende estos casos. El origen, según ha detectado, está en el efecto inflamatorio del SARS-CoV-2. Por eso el cerebro, el corazón e incluso los intestinos son otros blancos del virus.
Las complicaciones respiratorias siguen ocupando el primer lugar, con fibrosis pulmonares y broncoalveolitis o inflamación de los pequeños alveolos. Luego están los problemas neurológicos como la niebla mental, cuando la capacidad de pensar se torna más lenta y hay pérdida de memoria.
“Hay pacientes que aseguran llegar a un lugar y luego no recuerdan qué hacer, o tienen dificultades para resolver una sencilla operación numérica -explica Campodónico-. La coordinación mental rápida, por los saltos de neurona a neurona, se afecta porque hay inflamación o se pierde una capa de lípido en las neuronas”.
Los trombos son otra complicación asociada a accidentes cerebrovasculares o microinfartos, que pueden ser la causa de pérdida de memoria. Una resonancia magnética ayuda a la detección. Las endocarditis y pericarditis afectan al tejido interno del corazón y pueden aparecer entre uno y dos meses después de infecciones virales por covid e influenza.