En los años 40, en plena II Guerra Mundial, la Armada estadounidense encargó a Emeco un modelo de silla ligera, fuerte y resistente al agua.
En colaboración con el fabricante de aluminio Alcoa, la empresa desarrolló la silla Navy, que pronto se convirtió en un ícono de durabilidad, estilo y compromiso medioambiental.
El 80% del aluminio utilizado es reciclado. El proceso de fabricación es muy manual y se realiza en 77 pasos; se podría hablar de piezas casi únicas. Son sillas destinadas tanto para el interior como para el exterior.
Al cabo de los años, el cuidadoso proceso de fabricación artesanal de Emeco ha ido enriqueciéndose con la aportación de grandes creadores, entre ellos el francés Philippe Starck, uno de los popes del diseño industrial actual.
Starck nació el 18 de enero de 1949 en París. Estudió en la escuela de Nissim di Camondo en la capital gala. En 1968 funda su primera empresa, que produce objetos hinchables. En 1969 se convierte en director artístico de Cardin y en 1979 funda la empresa Starck Product.
El diseñador parisino es uno de los que colaboró en el diseño de la silla Navy de plástico, una versión mejorada de la icónica de aluminio de 1944.
Después de años de investigación, diseño y ensayo de materiales, ha vuelto a nacer para tener los mismos atributos que la versión original de aluminio, pero mucho más económica.
La Navy 111 es el resultado de un acuerdo entre The Coca-Cola Company y Emeco. Cada silla se fabrica con 111 botellas de plástico recicladas. El material utilizado en la producción, conocido como plástico PET (polietileno tereftalato reciclado) , procede de la planta de reciclado de botellas de plástico más grande del mundo.