Si su cocina es amplia y espaciosa y el mobiliario (muebles bajos, cajoneras y alacenas) no se da abasto para tantos enlatados y conservas, la respuesta es una sola: póngale una isla a ese ‘Titanic’ gastronómico.
Una isla (un mobiliario o una construcción habilitada en el espacio vacío de la cocina) pone fin al problema de almacenamiento y a otros -típicamente culinarios- como la cocción, la preparación de alimentos y el lavado de la vajilla.
Y, aunque usted no lo crea, esta isla hasta puede servir para la interacción familiar, pues muchos modelos llevan incorporados un desayunador o una pequeña mesa de comedor,.
El único freno para el diseño de una isla es la imaginación. Solamente hay que anotar algunos aspectos técnicos que le permitirán tener una cocina atractiva, útil y organizada, afirma el arquitecto y diseñador de interiores Jorge Bailón.
Lo cierto, explica Milton Vallejo, de Madeval, es que este tipo debe cumplir con los cinco requisitos que tienen las cocinas actuales: la despensa, las estanterías de almacenaje, el área de lavado, la zona de preparación y el área de cocción.
Lo novedoso de esta isla, recalca Vallejo, es que todos esos cinco elementos pueden estar localizados dentro de este equipamiento. Todo depende del área de cocina existente.
¿Cuál es la superficie más idónea? Para que las diversas operaciones se realicen de forma cómoda, rápida y segura, explica Bailón, el área mínima debe ser de 12 m². Hay que considerar que en esta estancia las circulaciones deben ser más amplias que el 1,20 metros que se usa normalmente entre mobiliarios, equipamientos y electrodomésticos.
Bailón afirma que esa superficie permite una circulación fluida y la manipulación cómoda de artefactos electrodomésticos, ollas, vajilla y cajones.
No obstante, también se pueden habilitar islas chicas. La más pequeña debe medir mínimo 80 por 120 centímetros (0,96 m2). ¿Por qué? Porque esa dimensión le permitirá colocar el fregadero o la estufa eléctrica, o la cocina de inducción en la parte superior, o el horno, la lavadora o el lavavajillas en la zona interior. Los 0,96 cm2 son, también, los adecuados para incorporar un mesón de trabajo o un pequeño desayunador.
Si quiere aprovechar más el espacio cuelgue sobre ella un estante de acero inoxidable para tener a mano botes, compotas y utensilios.
Si lo que quiere es una isla con desayunador (mesa de diario) incorporado, la superficie no debe ser menor a 16 m² .
Y si se instala el horno y la cocina de quemadores, es imprescindible colocar una campana extractora de olores en la parte superior, explica Vallejo.
En una cocina de corte rectangular y sin mucho mobiliario, la isla es una especie de frontera entre el desayunador y la estufa o el fogón.
Un último factor: la iluminación. Toda isla debe tener un punto de luz directa, para que permita una labor rápida y efectiva. La dicroica es la más recomendable, pues no hiere la vista; sin embargo, las nuevas luces LED también son muy efectivas y de luz más fría.
Es ideal aprovechar la luz del sol (en las tardes) cuando hay ventanas grandes. En la mañana puede molestar las tareas. Aunque siempre deben reforzarse con luz artificial las zonas donde se elaboran alimentos.
Un detalle actual, según Vallejo: los nuevos modelos de cocinas con isla son totalmente asépticos, jerarquizados y ordenados. No se observan estantes abiertos o que muestren objetos y alimentos. Todo está oculto, especialmente las cacerolas y especieros.
Para lograr eso, las cajoneras aprovechan hasta los rincones en su beneficio, pues ahí se guardan tenedores y cucharas.
Las cajoneras deben tener 17 cm de zócalo, 71 de mueble y 4 cm de encimeras.
Las alacenas deben estar ubicadas, como mínimo, 1,60 metros sobre el suelo.
La altura del mesón y la encimera es vital. La ideal es de 92 cm desde el suelo.
Los elementos de refrigeración deben estar lo más alejados de estufas y hornos.