Casa Quinta Clementina tiene grandes jardines y espacios verdes. Esta edificación está construida con materiales andinos como la teja. Fotos: Raúl Díaz para CONSTRUIR.
El ambiente que se respira en la Casa Quinta Clementina es de tranquilidad. Aquello ocurre por sus múltiples comodidades y amplios espacios para compartir en familia.
La casona de 750 metros cuadrados de construcción estilo rústico, distribuida en dos plantas, se encuentra rodeada de un impresionante paisaje andino donde se puede mirar, en días despejados, los volcanes Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo; además de sembríos de papa, árboles de eucalipto y huertos de manzana, de durazno, pera y claudia.
Este espacio construido hace cinco años funcionó como una casa de campo familiar y hace dos se transformó en un sitio de hospedaje y una quinta de recepciones para matrimonios, quinceañeras, bautizos, cumpleaños y eventos sociales y culturales.
La casona está ubicada a 12 minutos del centro de Ambato en el barrio Amazonas de la parroquia Montalvo. La edificación se levanta en un área de terreno de 4 000 m2. Está cubierto con jardines y extensos espacios verdes.
Su constructor Alexander Arias, un especialista en este tipo de edificaciones, cuenta que él diseñó y edificó la casa adoptando características similares a las tecnologías antiguas de construcción tal como lo realizaban los taitas en las grandes haciendas.
La suite cuenta con una cama matrimonial, chimenea y un jacuzzi.
En cada uno de los espacios se aplicaron estas técnicas donde se combinan materiales andinos como la madera, la teja, piedra y el ladrillo. Se agrega las cenefas de piedra. La propuesta consistió en usar los materiales de la zona.
En sus habitaciones incluye servicios de agua potable, duchas calientes, jacuzzi, sistemas de iluminación y un tragaluz que se encuentra en el centro de la vivienda. Está cubierto con un vidrio templado, material que aporta una eficiente iluminación, reduciendo así el uso de luz artificial. También se conjugan las columnas circulares y cuadradas.
Está decorado con lámparas que tienen un estilo vintage. A eso se suman los pasillos solariegos que se encuentran alrededor de la construcción y un gran porche de dos metros de ancho que está en la entrada a la edificación.
En el interior se destaca un pequeño patio central con piso de piedra tallada donde resalta una pileta. Esta área distribuye a cada uno de los espacios de la casa con paredes de ladrillo rústico, pasamanos de madera tallada y gruesas columnas de eucalipto y de grandes ventanales, principales características de la edificación.
En la Quinta hay amplios pasillos y pasamanos de madera.
De acuerdo con Arias, Clementina cuenta con zócalos de piedra tallada que impiden la humedad en las paredes y pisos. Posee cinco habitaciones para el hospedaje.
En la primera planta están las áreas como la cocina, sala, chimenea, comedor, área de recepciones que dan calidez a la vivienda. Posee también un parqueadero para vehículos, barbacoa y una pequeña cabaña en la parte posterior.
Estos espacios están decorados con objetos antiguos como máquinas de cocer e imágenes religiosas. Las artesanías también forman parte de la experiencia visual que la casona ofrece a sus huéspedes.
La construcción combina perfectamente la madera que se resalta en los dinteles o en los umbrales de acceso a cada uno de los espacios y que también está en las ventanas. Las vigas gruesas de eucalipto están a la vista en cada uno de los ambientes.
La chimenea es un punto de encuentro en las celebraciones en la Casa Quinta Clementina, en Ambato.
Arias recuerda que la edificación tardó en construirse nueve meses. “Fue un tiempo récord edificar una casona de estas características de las antiguas haciendas”, dice Arias.
En los 750 metros cuadrados también se realizan eventos, convenciones y la presentación de artistas en vivo. Arias resalta que los materiales andinos son perfectamente combinados con la piedra y otros materiales que utilizan los taitas y mamas de las comunidades indígenas y campesinas.
El especialista resalta los grandes ventanales de la casa porque considera que son los cuadros vivos donde los huéspedes disfrutan de los paisajes y de la naturaleza viva.