Los diseños los realizaron alumnos del quinto semestre de la UTE, en la materia de arquitectura interior. Fotos: Julio Estrella / EL COMERCIO
Un diseñador famoso como referente, una idea creativa, talento para realizar las modificaciones pertinentes y cartón fueron suficientes para que, en la cátedra de arquitectura interior, los estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) diseñen mobiliario con un concepto diferente.
Las sillas fueron parte de la casa abierta que se realizó recientemente en la Universidad. En ella se expusieron los conocimientos que los estudiantes adquirieron durante el semestre. Varios de ellos serán parte de la Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III, que será en octubre de 2016.
Ruth Cadena, coordinadora de la carrera de arquitectura interior, explicó que los trabajos se basan en la aplicación de sistemas estructurales y de la estética para sacar un producto.
Entre los modelos que hicieron los estudiantes constan prototipos de sillas compañeras de sala y para exteriores. “La tendencia actual es combinar los sillones con una silla diferente y estos modelos se acoplan a esto. Además, el cartón es un material que se puede conseguir fácilmente”.
Para el proceso de creación, los estudiantes reciclaron cajas, por ejemplo, de electrodomésticos. Luego clasificaron las que estaban en mejor estado y tuvieron dos opciones para hacer las sillas: crear su propio diseño o hacer una réplica de algún diseñador reconocido, con algunas modificaciones, necesarias debido al material.
Los diseños debían cumplir con varios requisitos para aprobar la materia, con la silla como producto final, aclaró la docente que asesoró a los futuros arquitectos en el proceso. Resistencia, ergonomía, funcionalidad y las dimensiones adecuadas fueron los cuatro parámetros esenciales, que se combinaron con un diseño visualmente agradable.
Cadena indicó que las sillas resisten el peso de un usuario de 180 libras. Además, garantizan comodidad al sentarse y al levantarse, sin que al hacerlo el usuario tenga molestias en sus piernas o espalda. “La ergonomía está garantizada en las patas y el espaldar de cada modelo”.
Según la arquitecta interiorista, los prototipos son totalmente funcionales para la ambientación de espacios interiores. “Son versátiles y con dimensiones que garantizan comodidad para quien las usa y para el tránsito en el espacio donde se coloquen”.
El objetivo de este proyecto, que sale de las aulas universitarias, es que se pueda crear una línea real de este tipo de mobiliario hasta llegar a su comercialización. “Los estudiantes deben participar en esto con sus diseños”.
Estefanía Rosero hizo una réplica de la Wiggle Side Chair, del arquitecto Frank Gehry. Eligió este diseño por sus formas orgánicas que refieren a la naturaleza y por la comodidad que transmiten sus líneas curvas. Todo el semestre fue el tiempo que usó esta joven para realizar el estudio antropométrico y ergonométrico para su diseño. Luego, en dos semanas, armó su silla hecha de puro cartón.
Andrés Gualoto es otro de los jóvenes creadores. Él escogió la Rocking Cube, de Jessica Nebel, para replicarla en este material reciclado. Cuenta que su prototipo tiene 170 piezas de cartón que unió durante una semana hasta lograr el diseño.
Los dos, al igual que sus compañeros, comparten la idea de que, a partir de este proceso, tendrán la posibilidad de llevar esta idea a un proyecto real para la arquitectura interior.