El número de inmigrantes peruanos que cruzaron la frontera hacia Ecuador descendió en el último año. Pero esto no ha afectado a la construcción, que emplea una buena cantidad de estos ciudadanos.
Lejos de cualquier crisis o limitante, el sector de la construcción sigue creciendo en la capital azuaya. Solo basta recorrer cualquier sector de la urbe para encontrar casas y edificios en construcción. Hasta el año anterior, estas obras tenían más obreros peruanos que ecuatorianos.
Según el experto Franklin Ortiz, son solicitados porque al ser indocumentados son mano de obra barata; es decir, trabajaban por menos sueldo que los ecuatorianos. El primero gana USD 150 semanales y el otro 180.
Pero con el proceso de Regularización Migratoria establecido mediante un acuerdo entre los gobiernos de los dos países la situación cambió. Ellos pasaron a ganar lo mismo que un ecuatoriano y se equiparó la situación laboral, señaló Marco Rodríguez, corredor de bienes raíces.
A esto se suma que según los datos del Consulado de Perú, solo el 5% de los 500 peruanos que legalizó su permanencia en Cuenca retornó a su país en los últimos 11 meses porque la situación económica mejoró allá. Aparte, se calcula que hay otros 200 que laboran en condición de ilegal.
Según estimaciones de la Secretaría Nacional del Migrante, regional Austro, unos 150 peruanos laboran en construcción de viviendas y obras civiles que se ejecutan en la ciudad.
Jorge Durand, de 32 años, trabaja como albañil en la construcción de un edificio por el sector de Yanuncay. Hace tres años llegó desde Trujillo a Cuenca. Siempre laboró en construcción como ayudante, inicialmente, y ahora como albañil calificado.
Pero en ese tiempo, por lo menos una vez al año retornaba a su país. En febrero pasado legalizó su permanencia.
Él ha sido testigo de que muchos de sus compatriotas que trabajaban en construcción retornaron. “Allá trabajan en el mismo oficio, por un poco menos de paga pero están con sus familias”.
Esa es otra particularidad por la que la mano de obra no afectó a la construcción. Ellos se quedan unos cuatro meses en Cuenca y se van uno para estar con sus familias. “Se convierten en población flotante. Al regreso vuelven con los mismos contratistas, que ya les conocen”.
Según el presidente la Cámara de la Construcción de Cuenca, Diego Monsalve, no hay una salida masiva de peruanos porque los sueldos siguen siendo atractivos en Ecuador. “Este sector no ha sentido una pérdida importante de personal porque tenemos obreros ecuatorianos”.
Donde aún se evidencia gran cantidad de peruanos es en los proyectos de vivienda (departamentos y casas) del Municipio de Cuenca, en el sector de Monay, al suroeste de la urbe, adjudicado a varios contratistas cuencanos. Allí hay por lo menos unos 25.