En cuestiones de arquitectura de alta gama nada está escrito. Siempre existe una propuesta más sofisticada, una torre más alta, un diseño que rompe con los esquemas… al que, como dicen los arquitectos de la generación, solamente le falta hablar.
Y eso no solo se da en Miami, París o Hong Kong. En el Ecuador también se levantan y crecen cada día con más asiduidad. Principalmente en Quito y Guayaquil, metrópolis que están conectadas con las últimas modas y tendencias arquitectónicas y decorativas; y las aplican en sus nuevas construcciones.
Los ejemplos sobran. Ciudad del Río es el paradigma en el Puerto Principal y es un megaemprendimiento residencial, corporativo y recreacional de la más alta categoría. Los diseños de los edificios son obra de arquitectos talentosos, como Christian Wiese.
Quito no se queda atrás. Proaño & Proaño impulsa, desde hace años, edificaciones con sentido ecológico con la incorporación en su menú constructivo de verdaderas terrazas verdes y no de simples simulaciones, como es común.
Uribe & Schwarzkopf acaban de realizar una alianza con Yoo, una de las constructoras internacionales de prestigio mundial, cuyo principal socio es el francés Philippe Starck, uno de los gurús del diseño industrial y de interiores del orbe.
A ellos se ha sumado Arquitectónica, reconocido taller internacional liderado por el peruano Bernardo Fort-Bresia, que ha levantado, por ejemplo, el Hotel Westin de Lima, el más alto del Perú. Ese equipo empezó la construcción de un edificio en Quito y otro en Cumbayá.
Claro, todos estos proyectos son cinco estrellas y, obviamente, cuestan ídem. Pero su simple desarrollo indica que sí hay demanda. Y mucha.