Ernesto Salazar, junto a su interpretación del San Sebastián contemporáneo. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Las redes sociales se han convertido en el espacio de expansión del ‘Yo’, con la posibilidad de crear una persona o un avatar para reafirmar la diversidad. El artista visual Ernesto Salazar explora esta reescritura del individuo en el campo virtual, en la muestra ‘#body_writer’, que se expone en la galería No Lugar (Vicente de León y Esmeraldas).
“He hecho una investigación sobre personas y comunidades que aprovechan esta tecnología para reafirmar su cuerpo, su identidad”, dice. Si bien parte de las diversidades sexogenéricas, su obra también abarca a los cuerpos y expresiones no normados.
Las imágenes, esculturas, obras interactivas y de realidad virtual de Salazar fueron creadas con un avatar como protagonista. Para ello, el artista tomó todas las dimensiones de su cuerpo y las tradujo en la creación de un modelo en tres dimensiones. “La medición ha sido usada históricamente para regir, para normar”, asegura, pero en su creación, usa la medición para replicar su cuerpo y crear una identidad que busca salirse del canon.
Salazar ubica a su avatar en diferentes situaciones de las redes sociales. Una de las primeras obras que da a conocer en el recorrido guiado es la del personaje animado, en la pantalla de una tableta, haciéndose una ‘selfie’ frente al espejo.
Aborda el ‘selfie’ como una acción que refleja lo que el individuo cree que es su mejor versión o su expresión más cercana a su esencia, pero, por otro lado, también habla de la intimidad. Ahora, a través de las pantallas, es posible que miles de personas accedan a los espacios que eran considerados íntimos, como una habitación o el espejo en un baño.
Las comunidades creadas en el campo virtual también han hecho más fácil que las personas de diversidades sexogenéricas se relacionen en espacios seguros, sin el temor al rechazo o la violencia. En la obra, Salazar maneja una cuenta de Grindr, una aplicación de citas para homosexuales, e interactúa con sus posibles citas enviándoles imágenes de su avatar para conocer sus reacciones.
El artista también reinterpreta a San Sebastián, un mártir cristiano que fue asesinado con flechas, en Roma en el año 288 d.C., y que en la época contemporánea fue convertido en un ícono de las comunidades Lgbti por la sensualidad con la que es representado en las pinturas clásicas.
Las flechas, en la pintura digital de Salazar, son los ‘hashtags’ que sirven para clasificar, pero en esta reinterpretación, San Sebastián no es herido. “El mundo digital es un espacio donde tienes la oportunidad de reescribirte, hacer tu propia interpretación de ti mismo”, explica sobre la necesidad de inmunidad a los estereotipos.
Las nuevas generaciones aprovechan la seguridad que existe tras las pantallas para expresar sus identidades diversas, sin temor a la agresión física o psicológica, pues se crean comunidades virtuales y su existencia no depende de la rigidez de las sociedades. Sin embargo, trasladar esta ganancia en el campo de la igualdad, al mundo no virtual es todavía un reto, reconoce Salazar.
El artista visual cuenta que su obra fue creada primero para Instagram, pero fue justamente la necesidad de que se inserte en las dinámicas de la ciudad lo que le llevó a levantarla en una galería. La exhibición‘#body_writer’ podrá ser visitada hasta el 14 de junio en No Lugar.