‘Gozo de Madrugada’ es el noveno libro del poeta otavaleño Aníbal Fernando Bonilla. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO.
El escritor Aníbal Fernando Bonilla presentó su último libro: ‘Gozo de Madrugada’, en su tierra natal Otavalo, provincia de Imbabura, en el norte de Ecuador. Para varios críticos, este poemario del escritor, nacido hace 40 años, es el mejor trabajo que hasta ahora ha publicado.
El libro, de 92 páginas, impreso por El Ángel Editor, se nutre con poemas que explora en lo habitual. Para Juan Carlos Morales, escritor y periodista, el nuevo trabajo de Bonilla se acerca a lo cotidiano, pero destaca que lo más difícil es llegar a la sencillez.
“Este es su libro más estético y más sentido”, comenta, mientras lee uno de los poemas titulado Susurro y Confesión. “Ha sido/muchas tardes/muchos besos/muchas palabras en el aire/muchos gestos rabiosos/mucha adrenalina/revelada en la cama/de dos plazas…”.
Unas 300 personas asistieron al acto de presentación realizado en el céntrico Club 24 de Mayo, durante la segunda semana de julio . Ahí llegaron sus compañeros de letras, admiradores y autoridades locales, interesados en conocer sobre su nueva propuesta.
“Los poemas de Aníbal Fernando Bonilla son fieles a su personal decir poético, atento siempre a cuanto tiene lo cotidiano de mágico misterio…”, destaca el poeta Rafael Soler, de España, en la contraportada del poemario.
Bonilla ha escrito otras ocho obras, la mayoría de poesía. La anterior titulada Oda del Plenilunio y Balada de El Ángel (2012), de temas amorosos y afectivos, en donde sobresalen imágenes de la mujer, el hijo, la madre, el abuelo…
El texto es parte de la Colección Líneas, explica el editor Xavier Oquendo Troncoso. Concuerda que es el más brillante y el mejor texto de Bonilla.
Otros títulos de esta serie son: Transitares, de autoría de Freddy Peñafiel; Hermana Sol Hermana Muerte, de Marcos Rivadeneira; Tingshas, de Sophía Yánez; El abandonado y otros poemas, de Christiam Chassi.
También han circulado bajo este sello Libre Espanto, de Ana Cecilia Blum; Con todos los que soy, de Antonio Preciado; El mar en mi, de Ruth Rodríguez; Para empezar el Olvido, de Vicente Robalino, El Tiempo innecesario, de Christian Escombar.
Pero, el escritor otavaleño, que navega entre la literatura y la política, además es un dinámico gestor cultural. Aníbal Fernando Bonilla rememora las jornadas de Poesía Joven, que organizó en Otavalo, hace cuatro años.
“No pueden imaginarse 40 poetas nuevos recorriendo la urbe, apasionados de la belleza paisajística de este cantón”.
También recuerda la visita al Valle del Amanecer del poeta iberoamericano Juan Gelman. El argentino nos dejó su palabra y lección de vida.
La velada literaria finalizó con el Gozo de la Madrugada, como bautizó a su obra. Un trabajo que para Gabriel Cisneros, vicepresidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, tiene madurez y sencillez, en donde las palabras han sido trabajadas lentamente, como lo hace un padre con las miradas con las que inculca a sus hijos.