Los ecuatorianos se despertaron este 11 de octubre con la lamentable noticia del fallecimiento de Baltazar Ushca, una figura icónica del país y conocido como el último hielero del Chimborazo. Según informó el GAD Municipal de Guano, ciudad donde Ushca vivía, su muerte se confirmó tras un grave accidente.
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El incidente ocurrió el 10 de octubre, cuando un toro lo derribó mientras realizaba labores domésticas en su hogar. A pesar de sus 80 años y su empleo en el Museo de Guano, donde relataba su historia a los visitantes, Ushca seguía con sus actividades cotidianas. Tras el accidente, fue atendido en Guano y luego trasladado al Hospital Solca de Riobamba, donde se confirmó su deceso.
Baltazar Ushca: Un legado de hielo y tradición
Baltazar Ushca Tenesaca, conocido como el último hielero del Chimborazo, se convirtió en un símbolo viviente de una tradición ancestral que ha perdurado a lo largo de los siglos. A sus 80 años, Ushca se mantuvo como baluarte de la ardua tarea de extraer hielo del majestuoso volcán Chimborazo, una actividad que fue parte de su vida desde que tenía 15 años. Esta práctica, que alguna vez fue común en la región, ha desaparecido casi por completo, lo que dejó a Ushca como el último de su clase.
Un oficio en extinción
La extracción de hielo del Chimborazo es una tradición que se remonta a tiempos precolombinos. Los hieleros, como Ushca, suben al volcán para cortar bloques de hielo que luego son transportados a los mercados locales. Este hielo, conocido por su pureza, es muy apreciado en la región. Sin embargo, con la llegada de la refrigeración moderna, la demanda de hielo natural ha disminuido drásticamente, lo que ha puesto en peligro esta tradición única.
Baltazar Ushca realizaba su labor a más de 5000 metros sobre el nivel del mar. Dos veces por semana, asciendía las laderas del Chimborazo para extraer bloques de hielo que luego transportaba a Riobamba, donde los vendía en el mercado de La Merced. Esta actividad, que la realizó durante más de 50 años, no solo se convirtió en su medio de vida, sino también en un acto de resistencia cultural
Reconocimiento internacional
El trabajo de Baltazar no pasó desapercibido. En 2012, el documental ‘El Último Hielero’ dirigido por Sandy Patch, capturó su historia y la llevó a una audiencia global. Este documental ha sido presentado en varios festivales de cine y ha recibido elogios por su conmovedor retrato de la vida de Ushca, a decir de la página Glaciares Chilenos. Además, el diario The New York Times reprodujo el documental, lo que amplió aún más su alcance.
Desafíos modernos
A pesar de los desafíos, Baltazar Ushca encontró formas de adaptarse. Incluso se convirtió en empresario de agua. Gracias al apoyo de un presentador ucraniano, Dmytro Komarov, pudo lanzar su propia marca de agua embotellada, según recoge el medio local Radio K1. Este emprendimiento no solo le proporcionaba un ingreso adicional, sino que también ayudaba a preservar su legado.
Doctorado honoris causa
En reconocimiento a su dedicación y a su papel como guardián de una tradición ancestral, Baltazar Ushca fue honrado con un doctorado honoris causa por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia. Durante la ceremonia, Ushca pronunció un emotivo discurso en kichwa, su lengua materna, para agradecer el reconocimiento y destacar la importancia de preservar las tradiciones
Un ícono cultural
Baltazar Ushca no solo fue un trabajador incansable, sino también un ícono cultural. Su historia ha sido documentada en varios medios y ha sido objeto de documentales que destacan su vida y su trabajo. En agosto de 2024, Ushca fue invitado a Guayaquil para inaugurar el Mes de las Artes y Cultura. Esto significó uno de los últimos reconocimientos a su contribución a la cultura ecuatoriana.
En su comunidad y en el Ecuador, Ushca siempre fue visto como un héroe. Su trabajo no solo significó una fuente de orgullo, sino también una conexión con el pasado.