Kim Kardashian está en el set de ‘Saturday Night Live‘, uno de los programas de televisión con más audiencia de Estados Unidos. Viste un catsuit de terciopelo fucsia diseñado por Balenciaga que le cubre desde el cuello hasta los zapatos.
Aún no lo sabe, pero esa noche (9 de octubre del 2021), todo lo que dirá se convertirá en la confirmación de que la vida de su pequeño clan familiar tiene cada día un impacto global más grande.
¿Pero por qué la vida de Kourtney, Khloé y Kim Kardashian y Kendall, Kylie y Kris Jenner es tan importante para millones de personas? La repuesta podría estar condesada en el monólogo que Kim preparó para SNL.
Aquella noche, Kim comenzó por el origen de esta historia. “Cuando me invitaron me quedé en plan: ¿Quieren que sea la presentadora? ¿Por qué? No he estrenado una película en mucho tiempo. En realidad, solo he estrenado una y nadie me avisó de la premiere. A mi madre se le debió olvidar”.
Esa fue una clara referencia llena de ironía a la filtración del video sexual que ella y su exnovio, el cantante y actor Ray J, grabaron en 2007, cuando Kim era la asistente de Paris Hilton. Donde todos vieron un escándalo mediático, Kris, la matriarca del clan, vio el futuro, la telerrealidad.
El primer programa de telerrealidad apareció en 1991, pero no fue hasta el estreno de ‘Keeping Up with the Kardashians, en 2007, que este formato apostó por contar la vida cotidiana y los entuertos de una desconocida familia estadounidense poblada de mujeres.
El resultado de su éxito está a la vista: 20 temporadas, la consagración de Kim como la reina de la telerrealidad y hasta la aparición de una nueva figura en el manejo de la vida de los ricos y famosos, la de la ‘momager’. En medio de este contexto hay un factor que siempre ha jugado a favor del clan Kardashian, la aparición de las redes sociales.
Kim y su hermana Kylie están dentro del minúsculo y selecto grupo de personas que han alcanzado los 200 millones de seguidores en Instagram. Las razones de su popularidad son dignas de un profundo estudio sociológico, pero lo que se ve a simple vista es que exponer su cuerpo, así como sus triunfos y fracasos familiares conectó con las personas.
En su monólogo de SNL, Kim dijo que se sentía emocionado de estar en el programa porque quería mostrarle a la audiencia que es más que una cara bonita, un buen pelo, un gran maquillaje, unas tetas increíbles y un trasero perfecto. Y sí, ella y sus hermanas son más que eso.
Kris, la ‘momager’, nuevamente vio el futuro. Sus hijas no solo podían convertirse en estrellas de la telerrealidad, sino en lo que ellas quisieran: modelos, actrices, influencers o empresarias. Ser una marca, pero al mismo tiempo crear más marcas con las que millones se sientan identificados.
Solo hay que recordar que una de las marcas de Kim se convirtió en el proveedor de ropa interior del equipo olímpico de Estados Unidos, que participó en los juegos de Tokio, o que las marcas de cosméticos de Kylie están entre los más codiciadas por miles de mujeres.
En este punto habría que decir que el clan Kardashian tiene un espíritu darwiniano. Todos los miembros de esta familia han demostrado una capacidad impresionante para adaptarse a la época en la que viven y sacar el mejor provecho de sus reveces, mostrando el lado más sexy de la vida.
Para las Kardashian todo hecho es digno de ser compartido en redes sociales. Desde los más cotidianos hasta los acontecimientos más íntimos. Hace unos días, por ejemplo, Kourtney se comprometió con el baterista Travis Barker y no dudó en compartió al paso en su cuenta de Instagram.
Con el monólogo que presentó en SNL, en el que también habló sobre su padre, -el famoso abogado que defendió a OJ Simpson-, el interés de su familia por la política y sobre el rapero Kanye West, Kim mostró algo nuevo frente a millones de personas, que su clan también tiene la capacidad de ironizar y satirizar sobre su propia existencia.