Las historias sobre crímenes reales en la pantalla son populares a escala global. El caso de la pequeña Isabella Nardoni es un ejemplo de eso.
El 29 de marzo de 2008, la niña de tan solo cinco años desapareció de su apartamento en São Paulo, Brasil. Lo que comenzó como una angustiosa búsqueda por parte de sus padres se convirtió en una pesadilla.
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Se descubrió que la pequeña fue víctima de un brutal crimen. La historia está en el catálogo de películas sobre true crime de Netflix.
El true crime en los medios tradicionales y en la era digital
Catálogo de Netflix sobre historias de crímenes reales. Foto: screenshot 12 de julio de 2024.
Antes, quienes consumían estos contenidos debían conformarse cuando los medios de comunicadción tradicionales los transmitían. Ahora la selección es personalizada: hay podcast, YouTube, plataformas de streaming como Netflix, redes sociales y más para acceder a ellos más directamente.
El true crime vende y todos los medios están plenamente conscientes de ello. ¿A qué se debe la atracción del púbico por estas historias?
Si bien la exposición a este tipo de contenido puede generar emociones fuertes y despertar la curiosidad, es importante comprender las razones que subyacen a esta fascinación.
Razones que explican por qué nos gustan las historias de true crime
Diversos estudios han intentado explicar la atracción que sentimos por las historias de crímenes reales. Entre los motivos más comunes se encuentran las siguientes.
Comprensión de la naturaleza humana
Escena de la serie ¿Qué hizo Jennifer? de Netflix. Foto: IMDB
Las historias de crímenes reales ofrecen una ventana hacia el lado más oscuro de la naturaleza humana. Al observar cómo los individuos cometen actos atroces, se puede intentar comprender las motivaciones que los impulsan, incluso si no son aprobadas.
“La fascinación por las historias de true crime ha aumentado con la aparición de las redes sociales e internet,” señala la socióloga y docente de la PUCE, Natalia Sierra. “Antes, había una clara separación entre lo público y lo privado, y entre la realidad y la ficción. Ahora, esa línea es borrosa”, dice.
Según la página 20 minutos, esta comprensión de la naturaleza humana es otro motivo detrás de la atracción por el true crime.
Búsqueda de emociones fuertes
Según la página Mundo Deportivo, los crímenes reales representan eventos impactantes que desafían normas sociales y percepción de seguridad. Al exponerse a estas historias, se experimenta una oleada de emociones como miedo, asco, ira y curiosidad, lo que puede resultar estimulante para algunas personas.
Búsqueda de justicia y orden
Otro aspecto relevante es la búsqueda de justicia y orden. Muchos espectadores se sienten atraídos por las historias de crímenes reales porque les dan la oportunidad de involucrarse a través de la experiencia de otra persona en la búsqueda de justicia.
Al seguir el desarrollo de un caso, podemos identificarnos con los investigadores y víctimas, y sentir satisfacción cuando se atrapa y condena a los perpetradores, como señala Okdiario.
Sensación de control
En un mundo a menudo caótico e impredecible, las historias de crímenes reales pueden proporcionar una falsa sensación de control. Al aprender sobre crímenes y criminales, se puede sentir que estamos tomando medidas para protegernos y comprender mejor el mundo que nos rodea, dice la Vanguardia.
El entretenimiento como motivación
Más allá de las explicaciones psicológicas, el consumo de contenido sobre crímenes reales también puede ser simplemente una forma de entretenimiento. La tensión, el suspenso y la intriga que caracterizan a estas historias pueden ser elementos atractivos para muchos espectadores, según se discute en un podcast del sitio Adicto al crimen.
Efectos al ver demasiadas historias de crímenes reales
Escena de la miniserie de ‘El Caso Asunta’, de Netflix. Foto: IMDB
Si bien la fascinación por los crímenes reales es un fenómeno complejo y multifacético, es importante tener en cuenta los posibles efectos negativos de la exposición excesiva a este tipo de contenido. Algunos expertos han expresado preocupación por el hecho de que este consumo puede aumentar la ansiedad y la paranoia.
También puede desensibilizar a las personas ante la violencia y distorsionar su percepción del mundo. “Con la tecnología, todos tenemos acceso a esta información,” comenta Sierra. “Esta facilidad para acceder a lo que antes estaba oculto nos lleva a un tipo de curiosidad voyerista, y empezamos a consumir más de este tipo de contenido”.
Además, estos documentales y programas sobre crímenes no muestran la realidad tal cual es. Siempre hay una mediación a través del camarógrafo o el productor, lo que cambia nuestra percepción del crimen real, explica la socióloga.
Influencia en la percepción de seguridad
Aunque estos programas parecen permitir entender mejor la inseguridad, en realidad, pueden tener el efecto contrario. Ver estos crímenes de manera repetitiva y en formato de entretenimiento puede hacer perder la capacidad de diferenciar entre ficción y realidad.
Esto puede influir en la percepción de seguridad. Al estar expuestos continuamente a estas representaciones, el ser humano empieza a naturalizarlas y a acostumbrarse a hechos violentos que no son comunes en la vida diaria. Esta exposición constante puede afectar la reacción a crímenes reales cuando ocurren.
El filósofo Diego Chamorro señala que la exposición constante a historias de crímenes puede aumentar la percepción de que el mundo es más peligroso de lo que realmente es. Esto puede erosionar la cohesión social y la confianza en la comunidad.
Pulsiones humanas y control social
Documental ‘La Chica del Vaticano’, de Netflix. Foto: IMDB
Los seres humanos tienen instintos agresivos y una fascinación por la muerte y el límite de la existencia. La sociedad generalmente controla estos instintos a través del pudor y las normas sociales.
Estos programas rompen esos límites, exponiendo a las personas a cosas que antes estaban ocultas. Cuando no se puede diferenciar entre ficción y realidad, resulta difícil moverse por el mundo con ciertos códigos éticos.
Según Chamorro, una de las razones principales por las que nos atraen estas historias es la conexión natural con el miedo y el morbo que explicó el científico Sigmund Freud. Además, estas historias recuerdan las reglas sociales y muestran lo que pasa cuando alguien no las sigue, ayudando a formar nuestra visión compartida de la sociedad, señala.
Reflexión sobre la justicia
El filósofo John Rawls, en su teoría de la justicia, destaca la importancia de la equidad y la moralidad. Las historias de true crime exploran temas de justicia, moralidad y la lucha entre el bien y el mal, resonando profundamente con el público y proporcionando un espacio para reflexionar sobre el orden social.
Aunque el true crime también puede sensibilizar y educar al público sobre la realidad del crimen y los desafíos del sistema de justicia al promover una mayor conciencia y precaución.