Miriam Mazacela vende choclos en el Mercado Mayorista de Quito. Dice que en esta semana aumenta la cosecha. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Con la Semana Santa, la tradición de la fanesca recrea un ritual en las ferias y mercados del país. Granos tiernos y secos, zapallo, sambo y pescado se convierten en las estrellas de la celebración.
Pero detrás de estos productos están cientos de mujeres que llevan años, algunas más de 30, vendiendo en los mercados de Quito. Además de compartir el trajinar de los comercios, el sol, la lluvia o el gentío, estas mujeres tienen muchas cosas en común: la mayoría ha heredado el negocio de sus madres o abuelas.
Desde sus puestos han aprendido a conocer a sus clientes, saben cómo atraer su atención y, con una sonrisa en los labios, entregan la ‘yapa’, que motiva a sus clientes a regresar.
En el Comité del Pueblo, María Caiza comercializa zapallo, sambo, arveja, habas y fréjol. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Esta producción fotográfica rinde homenaje a las ‘caseras’ de los mercados y ferias de Quito, que por años han sido cómplices de la tradición ecuatoriana de la fanesca.
Amelia Lema, de San José de Tanicuchi, vende chochos en el mercado Mayorista. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO