Rosario Herrera salió del hospital Abel Gilbert con el tratamiento completo para su diabetes y no necesitará regresar hasta dentro de tres meses. Pero la familia de Isabel Banchón tuvo que comprar hasta el bisturí para la operación de su suegra.
“Esperamos meses por una cirugía por cáncer de piel y ayer nos dieron una lista de todo lo que debíamos traer. Nos pidieron hasta un marcador para señalar la parte que iban a operar”. También tuvieron que cubrir los gastos de una biopsia en un laboratorio particular.
Los contrastes entre las quejas y el alivio de quienes reciben las medicinas son comunes en este hospital público de Guayaquil, donde el Ministerio de Salud Pública (MSP) empezó la semana anterior las pruebas piloto para la externalización de las farmacias. El plan arrancará a mediados de este mes, aunque todavía hay detalles por calibrar.
Factores por los que la iniciativa se dilata
Hasta mayo, 16 cadenas farmacéuticas habían mostrado interés en ser parte del plan Medicina siempre. Su puesta en marcha se ha dilatado y una de las causas sería la prórroga que pidieron las farmacias para abastecerse con los ítems de medicamentos que serán entregados en la consulta externa.
Miguel Palacios es el director ejecutivo de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Ecuatorianos (Alfe) y cree que una buena parte de fabricantes e importadores no podría entregar sus productos a las farmacias que se sumarán al plan.
“Los precios a los que desea comprar el Gobierno son tan bajos que la industria farmacéutica seria del país no puede vender bajo esas condiciones. Eso no genera una rentabilidad justa para garantizar la calidad y eficacia de los medicamentos”.
También faltaría por definir la dispensación, si tiene un costo adicional o no. Estos temas fueron analizados la semana anterior con autoridades de salud a la que asistió un delegado de Alfe.
Según Palacios, en ese encuentro se conoció que apenas 30 farmacias estaban listas para firmar el convenio para adherirse y que cada una tenía 34 medicamentos del listado total que se espera externalizar.
En una primera fase el plan se aplicará en un grupo de grandes hospitales en Quito, Guayaquil, Cuenca y Portoviejo, en el área de consulta externa. El MSP ha calculado que solo en este año invertirá USD 16 millones. Antes de la pandemia, el sistema público de salud registraba un poco más de 38 millones de consultas al año.
No hay campañas de comunicación
El piloto se desarrolla en Guayaquil, aunque todavía no despegan las pruebas con usuarios. En el Abel Gilbert los trabajos se centran en el área de Tecnología, donde afinan el sistema informático para la entrega de las recetas electrónicas.
Pero en el hospital poco conocen del procedimiento. María Alvarado salió el martes con las manos vacías. Lleva años de tratamiento por una fibromialgia -un dolor muscular generalizado- y, nuevamente, no encontró medicamentos. “Tengo que comprarlos fuera. Tomo seis pastillas al día y algunas cuestan más de USD 20”.
El reglamento para el proceso de externalización establece que la autoridad sanitaria deberá dar a conocer el listado final de farmacias, con su respectiva ubicación, a través de su página web. Hasta el 8 de junio del 2022, tal información no estaba disponible. Tan solo se conoce que 892 establecimientos a escala nacional obtuvieron los Certificados de Calificación hasta el 26 de mayo, un documento previo a la firma del convenio final para ser parte del programa.
Gremios farmacéuticos tienen dudas
En conversaciones con representantes de gremios farmacéuticos, este Diario identificó cinco dudas de estos profesionales.
Mario Palacios Pérez, de la Federación Nacional de Químicos Farmacéuticos, sostiene que las farmacias no están obligadas a tener profesionales en esta área a tiempo completo. A su criterio, al externalizar los servicios, estos locales deberían contar con personal especializado que guíe al paciente ya que es común que no comprenda cómo interactúan los componentes prescritos.
Marco Padilla, del Colegio de Químicos y Bioquímicos Farmacéuticos de Pichincha, teme que esta nueva experiencia fracase como en el 2016, cuando se intentó un proyecto similar con más de 700 fármacos. “Es de conocimiento público que el Estado no es un buen pagador y eso no es de ayuda para las pequeñas farmacias”, afirma.
Para Padilla, otro problema es qué pasará con los fármacos que no formarán parte del proyecto piloto. Hasta el 8 de junio del 2022, el MSP no ha publicado el listado definitivo de medicinas que podrán adquirirse por farmacias privadas. “¿Entonces qué pasará con los pacientes que tienen una receta con fármacos por farmacias privadas y otros que se dan solo por las internas de los hospitales?”, señala.
Para Edisson Valle, del Colegio de Químicos Farmacéuticos de Tungurahua, en las áreas rurales será difícil que el paciente encuentre una farmacia local que cuente con todos los medicamentos. Esto implicaría costos de movilización a zonas urbanas para gente de escasos recursos económicos.
Jimmy Cano, del Colegio de Químico-Farmacéuticos del Guayas, señala que en su provincia no hay información disponible para los profesionales sobre cómo funcionarán las recetas electrónicas. Sin esto, él desconoce la manera en la que podrán resolver dudas de los pacientes.
Carlos Espinoza, del Colegio de Farmacéuticos de Chimborazo, afirma que el MSP no ha les ha notificado sobre la información a la que accederá la farmacia, es decir, si será solo la receta electrónica o el historial médico completo. Tampoco conocen el mecanismo que será utilizado para cuidar que estos datos no sean robados por cibercriminales o que sean filtrados para uso de terceros.