La semana pasada, la demolición de la parte frontal del restaurante Toronto, al norte de Quito, sacó a la luz el tema de la invasión de los retiros de construcción y el abuso de los espacios públicos.
El muro fue derribado por la maquinaria de la Administración Zonal Norte. La explicación que se dio fue que no respetaba la distancia del retiro frontal que las edificaciones deben tener.
El cambio de retiros es una gestión que se debe realizar a tiempo, antes de la construcción, explica el arquitecto Edwin Toscano. En la Guía de Trámites del Municipio de Quito se anota que el trámite sirve “para homogeneizar la estructura urbana de la ciudad, según la realidad”.
Luego de que un terreno se lotiza, se pueden efectuar cuatro tipos de ocupación. El arquitecto Jaime Ortega explica que el primero es el A o aislado. Con este paso se obtiene un retiro frontal, otro posterior y dos laterales.
El B o pareado posee un retiro frontal, uno posterior y uno lateral. El C o continuo, con retiro frontal, posterior y sin laterales. El D también se llama continuo y solo posee un retiro de fondo. “Este último es un caso común en los barrios de interés social”.
Generalmente, los retiros son: cinco metros al frente, tres al fondo y tres metros a cada lado, según el sitio de ubicación del lote. Cuando el propietario desea levantar su futura casa en una forma diferente a la establecida por la Ordenanza, reflejada en el Informe de Regulación Metropolitana (IRM), debe hacer una solicitud al Administrador Zonal y adjuntar los justificativos.
El experto dice que los cambios de retiros más comunes en la parte residencial son “ocupar el retiro posterior para la construcción y dejar un patio frontal enorme”. Otro ejemplo es cuando el propietario tiene un lote esquinero. “Obviamente, deberá retirarse de todos los lados, tener dos frentes y definir el lateral”.
Según Ortega, el problema de invasión de retiros y de la línea de fábrica se da, especialmente, en los barrios informales. El acceso o insolación y la ventilación son algunas de las funciones de los retiros. El irrespeto a la norma ha traído como consecuencia construcciones que dan impresión de acorralamiento en laberintos.
En el caso del Toronto, el restaurante no poseía la respectiva licencia de construcción ni registraba planos. Esto es un requisito para cualquier construcción mayor a los 40 m², dice Carlos Anda, comisario de Construcciones de la Zona Eugenio Espejo. Este hecho responde a una violación a la Ordenanza Municipal 31.