La intervención de la casona, ubicada en las calles Benigno Malo y Gran Colombia (Centro Histórico de Cuenca), fue reconocida el jueves pasado. El Concejo Cantonal le entregó el Premio Ornato. Pertenece a la Cooperativa Jardín Azuayo.
Lo hizo en la sesión solemne por los 455 años de fundación de la capital azuaya. Este inmueble fue adquirido al Banco del Pacífico en el 2009 y las obras se iniciaron en julio de 2010.
La casona, que tiene 2 150 m² de construcción, está compuesto por dos bloques. El frontal data de inicios del siglo XX y tiene dos plantas. El posterior, que fue edificado por el Banco del Pacífico, entre las décadas de los 70 y 80, tiene cinco niveles.
Para el director de la obra, Salvador Astudillo, al inicio se realizó una valoración considerando las disposiciones de las ordenanzas y de la Dirección de Áreas Históricas del Municipio, por ser un bien patrimonial.
Luego se analizó cada espacio y se eliminaron los elementos que estaban afectando a su condición patrimonial y a la estructura. “Estaba en buen estado y, solo se necesitaban refuerzos en los entrepisos y en las cubiertas”.
La siguiente etapa fue trabajar en los elementos funcionales de la estructura. En esta intervención hubo una comisión de seguimiento, que cada semana analizaba el avance de la obra.
Los pisos fueron reemplazados. Se cambió el mármol del primer bloque por ladrillo con bordes de piedra.
Además, la estructura se acondicionó para el acceso de personas con discapacidades.
El sacerdote Hernán Rodas, presidente de la Cooperativa, solicitó la elaboración de un vitral que está en el techo del patio principal del primer bloque. Evoca el concepto de cooperativismo entre los socios y los huertos que existían en los patios.
Ese concepto guarda armonía con los vitrales que están colocados en las diferentes ventanas del inmueble. Son derivaciones, dice el gerente de esta Cooperativa, Paciente Vázquez.
Según él, eso también se complementa con la cerámica que fue colocada en los pasamanos, que es otro material tradicional del Austro. Son figuras relacionadas con las costumbres locales. “La idea que es que nuestros socios se sientan identificados”.
En el patio principal donde están las cajas de atención se pintó un mural con personajes de la región. Esas cajas fueron diseñadas con madera y vidrio para que formen parte del entorno.
En la intervención, que duró año y medio, se realizaron varios contratos, dice Vázquez. “Se adquirió el inmueble porque el local anterior quedó pequeño”.