Dos años y un mes demoró la construcción del parque acuático Planeta Azul, en el cantón azuayo de Gualaceo.
Son más de 5 000 m² de construcción, que se emplazaron en tres hectáreas.
Tiene tres espacios principales. Al ingreso se destaca el Centro de Convenciones San Carlos, que tiene una capacidad para 700 personas. Se utilizaron elementos tradicionales de la arquitectura azuaya como la teja y la piedra. También cuenta con elementos de madera y vidrio.
En el segundo espacio se construyó una estructura donde funciona el área administrativa, un patio de comidas para 350 personas y hay dos suites privadas.
En el tercer lugar están la mayoría de juegos acuáticos.
En diciembre del 2009 se iniciaron los estudios de factibilidad del proyecto del grupo Pérez, de Gualaceo. Sus dos socios viajaron a Estados Unidos y decidieron invertir en un proyecto similar a los parques acuáticos de ese país. Las obras empezaron en abril de 2010.
Inicialmente, dice José Cano, jefe de Mercadeo de Planeta Azul, el objetivo solamente fue hacer un parque acuático en una hectárea, pero en el proceso creció.
No solo es un parque acuático sino ofrece varios servicios como patio de comidas, restaurante y centro de convenciones. Esa decisión se sustentó en las facilidades que prestaba el terreno que tiene una pendiente y en el estudio de mercado realizado en la región.
En la zona alta del terreno se colocaron tres toboganes. Tienen 65, 85 y 125 metros de recorrido. El primero es de caída libre. Son elaborados en fibra de vidrio e importados desde Estados Unidos, al igual que las otras estructuras de los diferentes juegos.
Al inicio, dice Cano, se pensó en menos juegos como el río lento, dinosaurio, torbellino y el castillo. Pero posteriormente, se incluyeron el juego del barril, la barca pirata, tres toboganes, ‘racer’, entre otros. Cuenta con siete piscinas y parqueaderos para 425 vehículos.
Planeta Azul está relacionado con el agua. Para evitar afectaciones a la comunidad y al ambiente y ahorrar costos, señala Cano, se recurrió a la extracción del líquido de un pozo profundo, que está ubicado a un kilómetro de distancia.
Es transportado a una planta de potabilización. Allí funcionan dos tanques de 2 400 galones. Para Cano, el agua es purificada y distribuida a las piscinas.
En estas instalaciones se destacan elementos decorativos como su jardinería, tejas y hormigón con textura y cubierto de químicos. El acero inoxidable, el hierro forjado y la piedra también se destacan.