Los pingos de eucalipto sirven como divisores de ambientes. Los pisos de ladrillo y de piedra se refuerzan con ‘decks’ de madera. Foto:Cortesía Daniel Moreno y Paúl Rivas/ El Comercio.
La recuperación y el reciclaje van de la mano. Y dejaron de ser moda o utopía, para convertirse en una práctica activa, que tiene cada día más seguidores.
Eso es lo que buscaban los comunicadores Mauricio y Paola cuando adquirieron un departamento en mal estado, ubicado en el tercer piso de un edificio emplazado entre la av. 10 de Agosto y la calle Mercadillo, en el centro-norte de Quito.
La idea de los profesionales de la comunicación era convertir ese desgastado y amorfo espacio de oficinas de 160 m², en un reducto que entrelace domésticamente vivienda y trabajo con una visión ecológica del habitar; con preponderancia de la sustentabilidad.
Daniel Moreno Flores y Sebastián Calero Larrea, jóvenes arquitectos, aceptaron el reto de la transformación arquitectónica y de diseño interior de esa estancia utilizando los conceptos sostenibles requeridos. Y lo lograron en un lapso de tres meses, tiempo que se demoró Fabián Tenorio en la construcción.
Es una propuesta de rehabilitación de bajo presupuesto, explica el arquitecto Daniel Moreno. “Más o menos resultó a 56 dólares el m² de construcción, con una inversión total de USD 9 000. La recuperación respetó las lógicas constructivas y los materiales. También se dejaron varias huellas hechas por el tiempo, el hombre o las propias del material, como un sinónimo de honestidad arquitectónica”.
Para lograr su objetivo, los arquitectos desecharon las subdivisiones, medianeras y la falta de suficiente luz natural que caracterizaban el área y convirtieron el departamento en una especie de loft, en el cual las divisiones o separaciones de ambientes son de ‘biombos’ a base de pingos de eucalipto.
“El pingo de construcción resultaba bastante económico comparando con otras opciones. Así, aplicando la idea básica de que la unión de puntos genera la línea, acudimos a este recurso básico”, asevera Moreno. Esa es la razón, asimismo, para que los proyectistas bautizaran a esta obra como ‘Vivir entre pingos’.
Estos palos son de diferentes diámetros y tamaños y sirven para jerarquizar los ambientes.
El reciclaje fue casi total. Los pisos tipo deck salieron de maderas donadas por Roberto Albán. Los escombros de ladrillo se convirtieron en nuevos pisos… Las piezas sanitarias y herramientas de obra fueron, a su vez, rescatadas y reutilizadas con el fin de buscar un nuevo uso práctico lejano a lo convencional. Un mango de una pala, por ejemplo, es el manubrio o cerradura de una puerta…