El barrio Julio Marín acogió a 27 familias que fueron afectadas por la explotación hidrocarburífera.
El sector se ubica en Lago Agrio (Sucumbíos), a un kilómetro y medio de la vía a Quito.
En esa zona, el Ministerio del Ambiente (MAE) construyó un conjunto habitacional de carácter social con casas para cada grupo familiar, es decir 27 en total.
“Se hizo un estudio arquitectónico que no solamente vio las características de la casa sino también las costumbres de las personas”, dijo Lorena Tapia, directora del Programa de Remediación Ambiental y Social (PRAS).
¿Por ejemplo? Debido a las altas temperaturas que existen en la Amazonía, los ventanales de estas casas son de madera. Tienen hendijas en la parte superior del ventanal para la circulación de aire. Como se sabe el aire caliente siempre asciende; con esta tipología de ventanas este aire fluye al exterior con mayor facilidad y los interiores se refrescan.
La casa se levanta sobre ocho pilares. Esta disposición deja un espacio libre, en la primera planta, para que las personas pongan un negocio. Es, lo que en el argot arquitectónico se conoce como la vivienda productiva.
“En el proceso de identificación de los beneficiarios, se pensó que las características de las casas debían permitir a las personas establecer otros medios de subsistencia”, afirmó Tapia.
Casi todos ellos son campesinos y su fuente de ingreso es la venta de sus productos agrícolas.
Este es el caso de Luis Vargas, que vivía en la vía a Guanta, Sucumbíos. Allí tiene una finca desde hace 27 años y los pozos petroleros se asentaron junto a ella.
“Recuerdo que una vez una bomba se reventó y afectó sin remedio todo mi cultivo”, narra este hombre, quien vive con su esposa y cinco hijos.
Vargas explica que su familia seguirá yendo a la finca para cultivar cacao, maíz y, asimismo, criar animales para subsistir.
La vivienda que recibirán los afectados cuenta, en la parte superior, con tres dormitorios, una sala-comedor, una cocina y un baño general. Además, tiene agua potable y luz eléctrica.
La entrega oficial se realizó el pasado 22 de diciembre.
Con este protocolo se completó la tercera fase del Proyecto de Reubicación de Hogares Afectados por la Actividad Hidrocarburífera. El MAE reubicó a las familias perjudicadas en un total de 117 viviendas. Cada grupo familiar pertenece a cantones de Sucumbíos y Orellana.
En el acto de entrega estuvo la ministra de esa Cartera de Estado, Marcela Aguiñaga.
La funcionaria explicó que las viviendas del Proyecto de Reubicación se construyeron dentro del Programa de Reparación Ambiental y Social (PRAS). Para lo cual, en este año, se invirtieron USD 5 millones en este conjunto habitacional ecológico.
Según la Ministra, los sitios donde vivían los favorecidos fueron identificados como ex zonas de Chevron-Texaco. Además, con este programa “se evidenció una mala práctica hidrocarburífera que se efectuó en el pasado”, explicó Aguiñaga.}
Detalles técnicos
El proyecto de reubicación se realizó en tres etapas. Las familias beneficiadas pertenecen a localidades de Lago Agrio y Shushufindi, de la provincia de Sucumbíos; y el Coca y Joya de los Sachas, en Orellana.
Las casas tienen estructura de hormigón armado: vigas, columnas , pisos y entrepisos. Las cubiertas son de zinc y las ventanas de madera y aglomerado. Los pisos están revestidos con cerámica y poseen un mesón de hormigón en la cocina.
La dotación comunal cuenta con un parque recreativo central y una vía de acceso adoquinada. El parque tiene bancas para el descanso y para que los propietarios de las casas puedan conversar y departir. El equipamiento se completa con una cisterna comunitaria y un sistema de tratamiento de aguas servidas a través de un pantano seco.