Un tablero de MDF crudo viene en color natural; pero no es una buena opción si desea decorar con vistosidad un mueble, dice el carpintero Armando Criollo.
Una forma de lograr esto, añade Criollo, es aplicar la técnica del barnizado o acabado incoloro. Para eso, primero, hay que preparar el MDF. Las piezas deben estar bien lijadas.
Wilmer García, jefe de la línea de acabados de Edimca, dice que estas deben estar sin rastros de polvo o suciedad, los bordes y uniones bien acoplados y, si es posible, tener un sellador de madera incoloro; las ralladuras deben ser curadas antes de pintar.
El segundo paso consiste en teñir la madera. Esta es una opción no obligatoria pero que ayuda en el caso de que existan muchas ralladuras o manchas. Se emplean pigmentos a base de solventes, ya que estos no levantan la fibra y secan más rápidamente.
La mayoría de las soluciones de teñido no tienen buen comportamiento en el exterior pues se decoloran fácilmente con la luz del Sol; para ello se emplean tintes especiales con resistencia a la radiación solar. Como el teñido se absorbe más en los cantos, el color final no será uniforme. Por eso es necesario emplear un sellador de secado rápido, el cual permite un mejor control del tono deseado en los cantos.
Sin embargo, debe aplicarlo en forma leve y controlada, para evitar la absorción de la tinta y malograr el acabado. Una vez solucionados estos inconvenientes se aplica el tinte con una brocha, en forma rápida y homogénea, en una cara a la vez.
Si el objeto es muy pequeño, por ejemplo un joyero o un pequeño marco de espejo, emplee un sistema de inmersión en un estanque o utilice tela de paño o algodón (no usar franela, ya que esta libera pelusas).
Si se desea un color más intenso solo deben aplicar más manos de tinte, añade García.
Para finalizar, hay que esperar que se seque para remover el exceso con un paño limpio y suave, frotando en una dirección.
Deje secar varias horas a temperatura ambiente; el brillo adicional se obtiene puliendo la superficie con una máquina de pulir orbital armada con el accesorio de pulir en forma de paño y aplicando pasta para pulir.
Una vez teñido y pulido, se procede al sellado. Así se tapan los poros de la superficie con un sellador de madera de base nitro celulósica (piroxilina) o si se desea un mejor sellado, de poliuretano. Puede hacerlo con soplete, muñequilla (bola de tela) o esparcido por medio de esponja.
El sellador debe diluirse previamente con solvente según instrucciones del fabricante.
No debe olvidar
La madera sellada tiene menor capacidad de absorción, por lo que se obtendrán buenos resultados, en cuanto a brillo, cuando se apliquen sobre ellas lacas de terminación brillante.
Una vez teñida y sellada la pieza, es necesario aplicar una mano de laca o barniz incoloros.
Las lacas selladoras en general, se pueden lijar después de 45 minutos aproximadamente y deberá efectuarse este proceso con papel lija grano 320, como mínimo, para buen terminado.