Scott Morrison, primer ministro australiano, en los laboratorios de Astra Zeneca. Foto: EFE
Después de completar las pruebas preclínicas in vitro y en animales, además de superar las fases clínicas de comprobación en humanos, el nuevo reto para la vacuna contra el covid-19 es la producción y distribución masiva del producto.
Las vacunas con resultados más prometedores en los ensayos clínicos se basan en métodos nunca antes aprobados y en tecnologías jamás usadas a gran escala. Así lo señala Fabricio González, experto en genética de poblaciones.
No se trata solo de ampliar el proceso que se utiliza en el laboratorio. Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo compara con hornear pan. “Una receta puede servir para cocinar un pan pequeño, pero si se triplican los ingredientes, puede resultar que se quemen por los bordes y quede pastoso en el centro”, dice Espinal al respecto.
Para González, otro gran problema es que algunas vacunas -como la de Pfizer y BioNtech– requieren estar a temperaturas de -70°C para preservarlas. Esto se puede alcanzar con ultracongeladores de alta tecnología o con nitrógeno líquido en los contenedores.
Eso complica, sobre todo, el traslado de las vacunas. Por ejemplo, en los aeropuertos ecuatorianos solo hay cuartos fríos. Usualmente están refrigerados a temperaturas entre 0 y 4°C. Pueden bajar a -20°C, lo cual es insuficiente para conservar las vacunas.
Transportar el producto de Pfizer y BioNTech desde la fábrica hasta el paciente será una “operación logística descomunal”, según Matt Hancock, ministro de Sanidad de Reino Unido, en diálogo con la BBC. Añade que ni siquiera su país tiene una infraestructura extendida con estas condiciones.
Según un esquema de la propia BBC, se necesitarán aviones y camiones refrigerados para llevar las vacunas desde su sitio de fabricación a una “granja de congelación”. Allí se almacenarán vacunas a -70°C hasta seis meses.
Para hacer frente a esta problemática, empresas de paquetería ya se encuentran trabajando en estas granjas de almacenamiento de vacunas.
UPS, por mencionar un caso, construye depósitos especiales en los Países Bajos y Estados para resguardar hasta 48 000 vacunas a una temperatura de -80°C.
La empresa ha señalado que quiere expandir su proyecto a América del Sur, Alemania y el Reino Unido para un abastecimiento idóneo.
La distribución a los centros médicos se hará en bolsas de hielo seco aisladas. Una vez entregada, la vacuna puede guardarse hasta por cinco días en un refrigerador a una temperatura entre 2 y 8°C.
Pfizer, por otra parte, ideó una bolsa de transporte especial del tamaño de un maletín estándar, empaquetada con hielo seco y sensores GPS. Estas cajas, en principio, podrían contener hasta 5 000 dosis con la temperatura correcta durante 10 días, siempre y cuando permanezcan cerradas.
Al respecto, la OPS destacó que transportar una vacuna ultrafría es un desafío a escala global. “No solo en América Latina y el Caribe, ningún país del mundo cuenta con las condiciones necesarias para transportar y distribuir una vacuna novedosa como la de Pfizer, que requiere condiciones más frías de lo habitual”, dijo el doctor Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, durante una rueda de prensa virtual.
A pesar de este escenario, en países con pocos recursos, estas misiones han demostrado ser viables en el pasado.
Covax, una alianza de varias organizaciones y gobiernos centrada en la distribución equitativa de vacunas a nivel mundial, apunta que “el reto de almacenar estas vacunas no es insuperable”. De hecho, en la República Democrática del Congo, la actual vacuna contra el ébola requiere de un almacenamiento similar de -80°C aproximadamente. Aún así, se pudo vacunar a 300 000 personas durante la epidemia reciente en el este del país.
Michael Bourlakis, profesor de la Escuela de Negocios Cranfield en Reino Unido, aclaró a la BBC que no es lo mismo organizar una campaña de vacunación nacional que hacerlo a escala mundial.
Otro problema es que muchas vacunas se empacan en envases de vidrio de borosilicatado. Es altamente resistente a los cambios de temperatura y tiene una baja reactividad química para evitar que se contamine el contenido.
Sin embargo, un informe de la agencia Reuters señala que los productores de estos frascos todavía no cuentan con el número suficientes de recipientes para un empaquetamiento masivo.
Vacunas y su temperatura de almacenamiento
Johnson & Johnson: Su vacuna contra el covid-19 soporta temperaturas entre 0 y 25°C. Su resguardo ideal es a los 8°C.
Moderna: Se puede almacenar a -20°C. Soporta hasta los 7°C en un refrigerador, por siete días; luego de esto, se empieza a degradar.
Pfizer-BioNTech: Debe transportarse y resguardarse en un clima controlado entre los -70 y -80°C para que sea efectiva.
Sputnik-V: La vacuna rusa requiere de una temperatura máxima de almacenamiento de -18°C. Ya hay cadenas de frío que funcionan a ese nivel.
Sanofi y GSK: los ensayos preliminares demuestran que soportan temperaturas entre los 2 y los 8°C.
La mayoría de vacunas de otras enfermedades pueden ser almacenadas entre los 2 y 8°C por tiempo limitado, previo a la administración de la dosis.