El chocolate ecuatoriano tiene una morada en Napo

El proyecto fue nominado entre los mejores 15 del 2016 de Plataforma de Arquitectura. Fotos: cortesía ‘Con lo que hay 4’

El proyecto fue nominado entre los mejores 15 del 2016 de Plataforma de Arquitectura. Fotos: cortesía ‘Con lo que hay 4’

El proyecto fue nominado entre los mejores 15 del 2016 de Plataforma de Arquitectura. Fotos: cortesía ‘Con lo que hay 4’

Santa Rita es una comunidad kichwa emplazada a unos 30 minutos, en vehículo, de Archidona, provincia de Napo. Es un colectivo pequeño, nacido en un pedazo de tierra que los nativos le robaron a la selva. La vegetación rodea a las modestas construcciones de guadúa y pambil con techos de cade por los cuatro costados.

Kichwas de la Amazonía, los residentes de Santa Rita, viven de acuerdo con su cosmovisión, sus ritos y sus costumbres. En estas tiene prevalencia el cultivo del cacao, la elaboración del maito de chontaduro y la carachama, su estrella gastronómica.

Esta afinidad con la ‘pepa de oro’ llevó a que los comuneros, junto a grupos como la fábrica de chocolates Pacari, el taller ‘Con lo que hay 4’ de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad Católica de Quito (FADA) y Ensusitio Arq trabajen en el diseño y construcción del ‘Centro de interpretación del cacao’.

Luego se sumaron otros miembros, como cuatro voluntarios de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, y la Red Ecosur. El Ing. Paúl Moreno, de esta institución, fue el asesor para la fabricación del inodoro compostero del lugar.

En el trabajo participaron 12 estudiantes de ‘Con lo que hay 4’, tutoriados por Enrique Villacís Tapia y, también, Cynthia Ayarza y Lorena Rodríguez, de Ensusitio Arq.

El objetivo principal de este sitio -llamado por los comuneros la ‘cabaña del cacao- fue montar una plataforma funcional que muestre los procesos del cacao (secado, fermentación, tostado) que, finalmente, permitirá la posibilidad de elaborar chocolate artesanal de la máxima calidad.

A fines del 2012, Pacari sintió la necesidad de acercar el origen mismo del chocolate con su consumidor final. No como un acto de mercadeo sino para evidenciar los procesos comunitarios y artesanales que se realizan para su cultivo y manufactura, explica Rodríguez.

A partir de esos principios, de valoración y entendimiento culturales, aparecieron tres actividades esenciales: lo artesanal, lo culinario y los procesos de cacao. Por eso, el proyecto se compone de tres plataformas: la de acceso y bienvenida; la de cultura culinaria; y la que muestra los procesos del cacao.

En la primera se producen y muestran las artesanías de la zona. En la segunda se montó un fogón abierto donde los turistas pueden hacer sus propios maitos o carachamas. En la tercera se muestra el método de transformación del cacao.

Estos tres espacios están albergados por una gran cubierta de caña guadúa y cade (hojas de paja toquilla). Se forma, así, un espacio amplio, tipo ágora, ideal para que la comunidad muestre sus actos tradicionales y, asimismo, comparta, juegue e interactúe.

Adicionalmente, y para brindar un mejor confort al turista, se construyó un puente de acceso que conecta caseríos aledaños con Santa Rita. También se puso a punto un inodoro compostero con deshidratación por energía solar, la mejor opción para el sector por su clima húmedo.

La infraestructura fue construida bajo los principios de “lo que hay”; es decir -explica Villacís Tapia- que “se usaron materiales y sabiduría tradicional local, más nuestros aportes tecnológicos”. Todas las estructuras se asientan sobre cimientos de piedras enormes descubiertas en el lugar mismo. Lo demás es construido con tecnología y material local: estructura de caña guadúa, amarres con bejuco, cubierta con paja toquilla, pisos de chuncho y chonta.

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