Cuando las personas escuchan ejercicio cardiovascular, inmediatamente lo asocian con atletismo o con el trabajo sobre las máquinas estáticas. Es cierto que se trata alternativas ideales para quemar calorías, es decir, para reducir medidas. Sin embargo, hay otros sistemas de entrenamiento diseñados para cumplir con ese propósito.
Entre los más recientes y divertidos en la actualidad está el pound. Es un potente tipo de ejercicio que incluye entrenamiento cardiovascular y de fuerza, con movimientos inspirados en el yoga y en el pilates.
Emilia Aguirre, bailarina y entrenadora certificada en Pound, explica que durante la sesión los participantes se olvidan de contar repeticiones y se concentran únicamente en disfrutar y en ejecutar con precisión cada uno de los movimientos.
Así queman hasta 900 calorías. Sin darse cuenta, realizan entre 80 y 100 sentadillas. Por eso, Aguirre dice que luego de un mes de constante entrenamiento, los resultados saltan a la vista: brazos más fuertes y glúteos más firmes. Los participantes también ganan resistencia.
En un encuentro del jueves pasado, por ejemplo, la postura del guerrero fue la gran protagonista. Se trata de una asana propia del yoga, que requiere de mucha concentración para ejecutarla: ‘despierta’ a los músculos que se ubican en las piernas, glúteos y en el centro del cuerpo o también llamado ‘core’ o parte abdominal.
Los asistentes trabajan con un par de ‘power sticks’ -tipo baquetas– con los que simulan tocar la batería al ritmo de canciones cargadas de adrenalina para inyectarse energía.
Los ‘power sticks’ transforman la clase en una verdadera experiencia, en un espacio para liberar el estrés del día y recargar nuevas energías.
El entrenamiento empieza con un ligero calentamiento. Con las articulaciones y músculos acondicionados arranca la sesión.
Al combinar ejercicios, incluidos los de baile, las personas también tonifican los músculos de todo el cuerpo. Además, la activación con los ‘power sticks’ mejora la concentración y la coordinación.
La entrenadora está pendiente de que sus alumnos (que se conectan desde diferentes ciudades del Ecuador y hasta de países como Estados Unidos) cumplan con la técnica adecuada para evitar lesiones por mala postura. Pide, a cada uno, que trabajen con la espalda recta y que, al ejecutar determinados ejercicios, la rodilla esté alineada con el tobillo.
Actualmente, las clases se realizan por plataformas como Zoom, el camino para seguir activos tras la emergencia sanitaria provocada por el covid-19. Los movimientos son exigentes, pero fáciles de seguir.
Todos se pueden adaptar para estar en sintonía con las necesidades de cada participante. En el caso de los abdominales: si una persona no puede sentarse sobre la colchoneta y elevar las dos piernas, entonces puede recogerlas. Será solo hasta ganar fuerza, explica la entrenadora.
En las clases de pound hay espacio para grandes y chicos, incluidas las personas con problemas en rodillas o espalda, pues se trata de un sistema libre de impactos, a diferencia del atletismo, una de las razones por las que algunas personas posponen las activaciones.
Otro detalle que engancha de esta propuesta es que todos los encuentros son diferentes, ninguno se repite. La intención es que la gente salga de la monotonía y libere dopamina, un neurotransmisor con múltiples funciones en el sistema nervioso. Además de regular el placer, está vinculado a la memoria.
Una clase dura entre 50 y 60 minutos aproximadamente. Luego de la sesión central, los participantes se toman unos minutos para estirar y retornar a la calma. Las personas fijan el número de clases, pero la sugerencia es sumar al menos dos a la semana, para obtener resultados.
Para alcanzar un estilo de vida saludable, deportólogos ecuatorianos como Celio Romero recomiendan combinar ejercicios cardiovasculares y trabajo con peso; funcionan las mancuernas o elementos caseros como botellas llenas de agua o de arena. Las bandas elásticas también son una buena alternativa.
Romero sugiere alternar las clases para obtener un plan de entrenamiento divertido, que motive a cumplirlo a diario, como lo sugiere la Organización Mundial de la Salud para evitar varias enfermedades.
Los circuitos monótonos desgastan al participante. Muchos abandonan los encuentros porque se ven obligados a cumplir con un determinado número de repeticiones.