La Canciller colombiana anunció hace unos días, de manera terminante, que los centenares de migrantes que han ingresado a su país y que se encuentran hacinados y en condiciones deplorables en el noroeste de Antioquia, cerca de la frontera con Panamá, provenientes de distintas nacionalidades pero especialmente de Cuba, serán deportados a la Isla o al Ecuador.
El pasado 28 de julio no solo se conmemoró un aniversario más de la independencia del Perú, sino que también se produjo un hecho que no porque se esté haciendo costumbre –y buena costumbre-, se debe dejar de comentar: la posesión de un nuevo Presidente democráticamente elegido. Se trata de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) quien, tras una reñida pero transparente elección derrotó a Keiko Fujimori.
El Canciller Long y quien suscribe esta columna somos ecuatorianos. Tenemos las mismas obligaciones y los mismos derechos. Él lo es por naturalización y yo por nacimiento. Él tiene al menos dos pasaportes, uno ecuatoriano, otro británico y, quizás, un tercero comunitario francés. Yo, orgullosamente, uno, ecuatoriano.
No, pedir disculpas no es suficiente. Tony Blair, ex primer ministro del Reino Unido, miembro del tristemente célebre trio de las Azores que lanzó la sangrienta e inmoral invasión a Irak en 2003, junto con Bush Jr. y Aznar, se ha visto en la humillante situación de pedir disculpas al pueblo británico por haber coparticipado en esta aventura bélica que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a la humanidad.
La situación de Venezuela y el gobierno de Maduro, son insostenibles. Por más que se diga que los medios de comunicación privados y algunos extranjeros, distorsionan la realidad para hacer creer que se trata de un complot internacional orquestado por Washington y sus tentáculos, y que hay un bloqueo a su gestión, no tienen manera de resistir. Puede que haya algo de todo ello pero Maduro se destruye por su propia irresponsabilidad. Es una situación indefendible.
Muchas son las razones que se han dado para explicar la decisión del Reino Unido de apartarse de la UE. Se ha dicho que la economía, que la pertenencia de Gran Bretaña a la UE iba en su detrimento pues recibía menos de lo que daba; es decir, una simple visión economicista y egoísta del proyecto integrador.
Me temo que el caso Assange será una pesada herencia que el gobierno que se instalará en un año reciba del actual. No percibo, por el momento, un real interés en resolverlo.
Las últimas elecciones en el Perú, en las que fue elegido por una mínima diferencia de menos de 1% el liberal centro derechista Pedro Pablo Kuczynski (PPK) sobre Keiko Fujimori, merecen algunas reflexiones por la importancia del país y por su influencia sobre la región.
Lo acontecido en la última reunión del Consejo Permanente de la OEA para tratar la situación de Venezuela es patético y demuestra la inoperancia de la Organización.
En diplomacia las formas muchas veces son el fondo. Las formalidades que utilicen sus actores, sean hechos o palabras, pueden incidir en el resultado de una gestión política. Esto porque esos actores representan Estados u organizaciones de Estados. Hace unos días, el secretario general de la (Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dirigió una carta oficial al Presidente de Venezuela en términos impropios a su alta función y aún más impropios a la de su alto destinatario, sea de su simpatía o no.
Por responsabilidad con el contribuyente, que debe saber cómo se maneja la cosa pública y cómo se gasta su dinero, sigo con el análisis de la administración de la política exterior de la Revolución Ciudadana.
La semana pasada se llevó a cabo en la Universidad Andina, con el auspicio de FES-Ildis, un interesante seminario acerca del impacto que sobre sus vecinos tendrá la suscripción de los acuerdos de paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia. En él participaron destacados especialistas de los tres países involucrados: Colombia, Ecuador y Venezuela.
El 25 de mayo de 2010, la Cancillería abrió el Consulado del Ecuador en Nueva Orleans. Tres años y 6 meses más tarde, lo cerró. El 30 de diciembre de 2011 abrió el Consulado en Guadalajara y un año 11 meses más tarde, lo cerró. El 27 de febrero de 2013 decidió abrir el Consulado en Puerto Asís, Colombia, y antes de cumplir un año, el 4 de diciembre de 2013, lo cerró. El 20 de mayo abrió el Consulado en Pamplona, España, y solo seis meses y 25 días más tarde, el 4 de diciembre del mismo año lo cerró.
El axioma jurídico de que toda persona es inocente hasta que no se pruebe lo contrario parece que no se aplica en Brasil al caso de Dilma y Lula. La prensa ya los condenó, no se sabe bien de qué, pero ya están condenados.
El terremoto, junto con las tragedias humanas y materiales que trajo consigo, pudo ser una formidable oportunidad para que el presidente Correa se transforme en un verdadero Jefe de Estado. En un líder capaz de superar las siempre mezquinas luchas políticas y unir a todo el país, a todo su pueblo, en torno a un bien superior: hacer frente a las nefastas consecuencias causadas por la naturaleza, la cual no hace diferencia entre intereses individuales o de grupo y menos aún de ideologías.
Tras un primer fracaso en marzo pasado, el 8 de los corrientes, se reunieron por fin en Quito, en un segundo intento y por iniciativa de la Cancillería, representantes de algunos países exportadores de petróleo de América Latina: Ecuador, Colombia, Venezuela y México, este último solo como observador.
Numerosos son los viajes al exterior que hacen funcionarios del Gobierno, innecesarios la mayoría, pero en los últimos días dos me han llamado particularmente la atención.
Todos los latinoamericanos estamos ilusionados en que, a pesar de las dificultades que aún persisten, las negociaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC culminen con éxito y se suscriba y aplique un acuerdo que beneficie al pueblo colombiano, que tanto sufrimiento ha padecido por décadas por la irracional violencia guerrillera.
Durante el último enlace sabatino, realizado en Limón Indanza, el presidente Correa debió haber pasado por un muy mal rato. En su siempre extensa rendición de cuentas semanal, al hacer una alabanza de la política de educación superior de su gobierno y en particular del sin duda positivo programa de becas de la Senescyt para jóvenes destacados a fin de que estudien en acreditadas universidades del exterior, resaltó y puso como ejemplo al primer estudiante de excelencia de Morona Santiago, que había regresado el año pasado, para demostrar a los asistentes y al país entero los beneficios del programa. Pero la cruda realidad socio económica por la que atraviesa el país, más aún entre los jóvenes, le jugó una inesperada y muy mala pasada.
Tras una larguísima noche de desconocimiento, despilfarro y escándalos que duró casi seis años, la llegada de Guillaume Long al Ministerio de Relaciones Exteriores podría significar, aunque tarde, una bocanada de aire fresco a la política exterior y a la Cancillería. El flamante Canciller es un académico joven, preparado, con una visión amplia del mundo y con conocimientos suficientes para cumplir una buena tarea. No será sencillo. Tiene poco tiempo para despatiñizar nuestra vinculación exterior y enderezar el rumbo.