Por responsabilidad con el contribuyente, que debe saber cómo se maneja la cosa pública y cómo se gasta su dinero, sigo con el análisis de la administración de la política exterior de la Revolución Ciudadana.
Tal como un solo general comanda una unidad militar y que no puede haber otro oficial del mismo rango compartiendo ese mando, en el Servicio Exterior debe haber un embajador para una Embajada. No obstante, en el Ecuador de estos últimos años esta norma no escrita pero lógica y austera, no se aplica.
Nos damos el lujo, porque de eso se trata, de un lujo, de tener dos, tres y hasta cuatro embajadores en una Misión Diplomática. Algunos ejemplos. En nuestras embajadas en Brasilia, Montevideo, Washington, Seúl y Nueva Delhi hay dos embajadores más el correspondiente e inflado personal diplomático y administrativo. En nuestras misiones ante organismos internacionales en la OEA, ONU (Ginebra), Unesco (París) hay, igualmente, dos embajadores.
Pero el caso que más llama la atención es el de la Unión Europea (Bruselas): se han acreditado cuatro embajadores y el que funge como representante oficial ante el Gobierno de ese país, está radicado, como concurrente, en Berlín.
¡Desconcertante y torpe, por decir lo menos!
El costo es enorme y demuestra un dispendio económico injustificable –más aún en esta coyuntura que clama por austeridad- y un desperdicio de recursos humanos irresponsable. Entre esos embajadores adicionales hay profesionales capacitados que podrían encabezar embajadas en otros países guardando congruencia con los intereses del país.
Pero la incoherencia no queda ahí. En la conformación de nuestras embajadas y consulados existen situaciones asombrosas y hasta indignantes. Ejemplos: nuestra Embajada en Bielorrusia -que no sé para qué sirve- tiene un Embajador y siete funcionarios. En cambio, en Japón cuya relevancia mundial es incuestionable, tiene un Embajador y solo dos funcionarios diplomáticos.
Nadie duda de la importancia de España para el Ecuador. Pero ¿se justifica que en Madrid haya 26 funcionarios en la Embajada, 27 en el Consulado, 3 en la Oficina Comercial, un Agregado Militar, uno de Policía y hasta un delegado del Defensor del Pueblo? ¡Solo en esa capital 53 funcionarios y empleados! Y solo en Barcelona 18 y ¿en toda España 104? No.
Ahora China es un país clave para nuestros intereses, pero ¿es entendible que en la Embajada y tres consulados tengamos un personal total de 48 personas? Nada más que en la Embajada hay 32, incluyendo un Agregado de Defensa y un promotor comercial. Tampoco.
Hay muchos casos insólitos. Esta información consta en la página web oficial de la Cancillería. ¿La conocerán el nuevo Canciller y el Presidente de la República? ¿Tomarán alguna medida dada la actual situación del país?