En medio de tantas dificultades, el país debe soslayar las discrepancias políticas y, con sentido de lo importante, trabajar en el desarrollo económico que sea posible hacer. Perú sufre un gobierno vergonzoso, pero su economía sigue creciendo y recibiendo inversiones, por la confianza que ha dado a su equipo económico desde hace 20 años. Italia, con gobiernos malos, surgió con producciones importantes para el mercado mundial.
Las élites económicas deben organizar mejor su calidad productiva pensando en los mercados del exterior antes que en nuestro pequeño mercado interno. Se han firmado Acuerdos Comerciales con China, que es un mercado enorme, cuyo aprovechamiento depende de nosotros. No esperemos que el gobierno haga algo, pues es inexperto, por lo cual ya debemos constituir oficinas especiales del sector privado con un presupuesto suficiente para saber las condiciones de acceso al mercado chino, sus exigencias no arancelarias, sus preferencias técnicas, imitando a lo que ha hecho el sector camaronero.
Cuando hay mercados abiertos vienen inversiones, si la rentabilidad es atractiva y segura, considerando positivamente que al tener un país dolarizado las utilidades de las empresas son sólidas, pues no tienen que verse afectados por devaluaciones de la moneda. Los propios productores deben viajar a buscar las posibilidades de vender sus productos y no esperar nada del gobierno, que ya hizo lo necesario al pactar un Acuerdo Comercial, que puede ser negativo si solo aumentamos las importaciones y no las exportaciones. El Ecuador ya tiene experiencia de cómo deben satisfacer a los mercados europeos y hay alguna capacidad que debe ser aumentada para un mercado gigantesco. Aquí está la prioridad y no en países pequeños con mercados reducidos.
El empleo que generan las exportaciones es mejor considerado porque los empresarios tienen con qué pagar salarios remunerativos. En estos tiempos de transición hacia el mayor uso de la Inteligencia Artificial, nuestros productores deben contar con personal altamente capacitado y bien pagado. El resto es perder el tren del progreso para siempre.