El presidente acogió parcialmente las diez demandas de Leonidas Iza, plasmándolas en el decreto 456 de junio 18. No entiendo la estrategia oficial. O bien debió haber tomado las medidas preventivamente, para desactivar cualquier malestar ciudadano, o esperar a negociar y entonces ceder en esos puntos. ¿Y si Iza aceptase dialogar? ¿TerminarÃa cediendo en las demás?
Pasémosles revista:
-Moratoria de la deuda y reducción de la tasa de interés. Iza la exige para todas las entidades financieras. Lasso la acoge para BanEcuador y va más allá: perdona deudas pequeñas. El presidente ya habÃa abierto una lÃnea de crédito al 1% a 30 años. Lasso no puede disponer la moratoria de créditos de instituciones privadas. Una moratoria de las instituciones privadas a los campesinos pondrÃa en grave riesgo a las cooperativas, que pertenecen no a grandes inversionistas sino a los campesinos.
-Precios justos para los productos del campo, y polÃtica de control de precios. Dos pedidos que son contrapuestos: precisamente los que suben son los productos del campo. Lasso le dio gusto disponiendo controles de precios, aun cuando sabe que son inútiles e incluso contraproducentes. Dispuso además medidas complementarias no solicitadas, entre ellas 50% de subsidio a la urea.
-Respeto a derechos colectivos. El presidente dispone la duplicación del presupuesto de la educación intercultural.
-Seguridad: Iza la pide innecesariamente, ya que la lucha contra la delincuencia es un eje central de las polÃticas de este gobierno.
No vemos en qué otro punto se podrÃa ceder:
-No más inversión en petróleo y minas y reducción del precio de los combustibles. Estos no son puntos negociables para Guillermo Lasso.
-La Conaie hace varias difusas propuestas dirigidas a hacer crecer al sector público. Lasso no va a dar su brazo a torcer: busca redirigir el gasto público a lo social y atraer inversión privada en las actividades a cargo del Estado, sin vender los activos estatales. Por eso puede negar que va a privatizar.