Los niños y los adolescentes, estudiantes de los regímenes de Sierra y Amazonía, ya están o están a horas de salir de vacaciones. De acuerdo con el cronograma escolar del Ministerio de Educación, hoy termina el año escolar y empezará el período de vacaciones, que se extenderá hasta el 2 de septiembre, día que retornarán a las aulas.
Para los chicos, sin duda, puede ser una gran noticia: los madrugones para ir al colegio o las anochecidas por terminar deberes o estudiar quedarán atrás. Algunos se irán de vacaciones, otros tantos se quedarán en sus casas, unos cuantos irán a campamentos y los menos afortunados engrosarán las filas de vendedores ambulantes, para ayudar a sus familias para ganarse el sustento diario. De estos últimos, muchos estarán solos en las calles o, a lo sumo, con algún familiar que apenas pueda mirarlos o asegurarse que estén bien.
Sin embargo, los menores, todos, son el grupo más vulnerable en estos momentos en que la violencia criminal está instalada en el país. Más allá del trabajo o el control que hace la fuerza pública, hay un espacio en el que pasan varias cosas y en donde las familias tienen que intervenir con más fuerza: las redes sociales.
En estos espacios se pueden encontrar videos con contenidos que hacen referencia a los grupos delincuenciales que han sido catalogados como terroristas por el Gobierno del presidente Noboa. Más allá de las políticas que rigen en cada plataforma, los contenidos son perturbadores. En algunos se puede ver que hay implícitas amenazas de muerte, otros cuentan quienes son, otros advierten que no podrán escapar de ellos, otros más muestran a algunos líderes de las bandas, unos cuantos exhiben carros lujosos y las joyas que llevan puestas, unos más hablan de su intención de “guerrear”, algunos otros mencionan el armamento que manejan e incluso muestran sus pistolas… Todos tienen su propia música, donde la predominante es el rap o los famosos narcocorridos. Sobra decir que hay comentarios en varios videos que no siempre son entendibles. Al parecer son formas muy específicas de cómo hablan entre ellos.
Si los chicos de por sí usan redes sociales y a muchos les cuesta desconectarse de sus dispositivos celulares, los padres deberán tener muchísimo cuidado, advertirles y educarlos para que eviten ese tipo de contenido. No hay que olvidar que no siempre es suficiente los bloqueos que se pueden hacer a ciertas páginas a través de programas de control parental, hay formas en que ellos mismos pueden evitarlos, como es utilizar algún dispositivo que no tenga ese tipo de restricciones de algún amigo o conocido de ellos.
Los menores que estudian en el régimen Costa tampoco están exentos de estos riesgos. Ahí al esfuerzo también deben sumarse profesores, consejeros y autoridades de los centros educativos. Sin embargo, no se puede dejar todo en manos de ellos, los padres deben asumir su parte, para tratar de mantener a los pequeños protegidos, especialmente cuando las estrategias de autoprotección deberán desarrollarse frente a los potenciales riesgos existentes. La seguridad es un esfuerzo colectivo, que no puede ni debe quedar postergado.