El país no conoce realmente al Presidente electo y se pregunta cuál de las dos versiones que de él circulan es la verdadera.
¿Es correcta la versión amenazadora o la versión amigable?
Pronto lo sabremos si algo tiene de verdad el viejo proverbio, mil veces repetido, que dice: “dale poder a un hombre y sabrás quién es él, realmente”; lo sabremos pronto pues ya tiene el poder en la mano.
La versión amenazadora de Lenín asegura que tiene la presidencia gracias a Rafael Correa, a la revolución ciudadana y al aparato de gobierno y que les debe lealtad a toda prueba. Que es un izquierdista, más convencido que su antecesor, y que profundizará la revolución. Que no tiene alternativa porque la herencia que recibe pesa plomo y no podrá liberarse de ella; que será rehén de los legisladores, jueces, organismos de control y aparato partidista que le han designado con anticipación.
Es amenazadora esta imagen de Lenín porque sugiere que habrá otro poder detrás del trono; que se verá obligado a proteger a los ladrones que se esconden con la bandera del partido como aquellos que habrían cobrado sobornos a la empresa Odebrecht.
Y la peor amenaza consiste en señalar que no podrá cambiar nada y que le obligarán a mantener el modelo económico que conducirá al país por el camino de Venezuela.
La versión amigable de Lenín dice que no le debe nada a nadie, que le dio a la revolución ciudadana lo que quedará para el recuerdo: los programas Manuela Espejo y Joaquín Gallegos Lara.
Que no permitirá que le ensucien la victoria como lo han hecho hasta ahora el Consejo Electoral, el Gobierno y el partido.Que cumplirá con el cambio ofrecido aunque implique la ruptura con la revolución ciudadana y sus fanáticos.
Que sorprenderá a todos cambiando el modelo económico para preservar la dolarización. Que limpiará su gobierno de corruptos y ociosos.
Que arrojará del templo a Torquemada y los inquisidores que acabaron con la libertad de prensa.
Que eliminará los impuestos incomprensibles que impiden la creación de empleos y la supervivencia de las empresas.
Finalmente, que desterrará el odio y la propaganda como formas de gobierno y aterrizará en la realidad transparentando las cifras de la economía y la deuda.
Conoceremos al verdadero Lenín cuando empiece a decir los nombres que formarán parte de su gobierno, comenzando por el equipo económico que será su carta de presentación y la mejor pista para conocer al nuevo Presidente. Todo gobierno nuevo tiene falsos amigos adentro y afuera; adentro, los que se creen dueños del candidato y no permiten que nadie se acerque a disputarles territorio y afuera, los que llegan en tropel con soluciones mágicas y proclamas de patriotismo a ofrecer sus servicios.