Al usar la web, buscadores, redes sociales, juegos en línea, aplicaciones móviles, plataformas, trámites y servicios públicos y privados a través de canales digitales dejamos una estela de información y datos.
Esta huella digital va nutriéndose de fotos, videos, documentos, comentarios o interacciones en los que nuestro rostro, cuerpo, voz, ideas, pensamientos, entre otros, van dibujando un retrato que cuenta una historia de quienes somos, cuál es nuestro círculo familiar, social, que nos gusta o no, que nos autodefine y como nos proyectamos en sociedad.
Este cúmulo de información puede provenir también de otros internautas que publican información sobre nosotros y que nos asocian con imágenes, lugares y grupos que van completando nuestra identidad digital.
Si bien, la gestión de la identidad digital y de la reputación en línea es una realidad actual que los adultos aprenden a gestionar a fuerza de mirar las repercusiones de errores propios o de terceros.
Sin embargo, son los niños y niñas los más vulnerables. En primer lugar, porque pueden ser sus padres quienes facilitaron, a muy temprana edad, el acceso a redes sociales, cuando aún no desarrollan una adecuada percepción del riesgo y publican información sobre su familia, amistades, colegio, itinerarios, etc. la que puede ser usada por personas inescrupulosas para violentarlos.
En segundo lugar, porque pueden ser los propios padres quienes realizan una práctica denominada “shareting” o “sobreexposición”, pues publican sin medida contenidos como videos, fotos, anécdotas aparentemente inofensivas que, si bien los hacen sentir orgullosos; sin embargo, pueden tener repercusiones impensadas como: causarles molestias e inseguridades, presentes o futuras, en sus círculos sociales y que facilitan varias formas de acoso; o, incluso ponerlos en riesgo de ser víctimas de delitos como el “grooming” que es el contacto de un adulto que se hace pasar por niño para acosarlo sexualmente.
Por su parte, los adolescentes por la presión social pueden usar redes sociales para publicar contenido inadecuado relacionado con el consumo de alcohol, droga, comentarios inapropiados, e incluso fotos o videos de contenido sexual de ellos o de sus amigos. En Ecuador es común la creación de grupos en redes sociales de compañeros de aula o de colegios en que se publican contenidos ofensivos y denigrantes, conductas descritas como “ciberbullying” o acoso virtual; o, en los que aparecen fotos o videos sobre todo de contenido sexual que violentan la intimidad.
Si bien, sobre estos temas es indispensable una actuación judicial en defensa de las víctimas y una respuesta coordinada por parte del Estado que requiere desarrollar la infraestructura, los recursos y el conocimiento para solventar estas necesidades de respuesta inmediata y eficiente del delito.
Es indispensable realizar esfuerzos de prevención, pues niños, niñas y adolescentes están en proceso de construcción de su identidad y reputación digital. Es decir, padres, cuidadores y educadores deben informarse, educarse para orientar a niños, niñas y adolescentes a construir una huella digital, sobre todo, en redes sociales, que impacte positivamente sus vidas y relaciones presentes y futuras.
Entonces, se requiere el desarrollo de una nueva habilidad digital, la de navegar de forma adecuada y segura en línea y de medir las consecuencias de la creación, o participación en grupos, así como de la información que se sube, se etiqueta o se comenta.
Es por los motivos descritos que, en el año 2020, se creó por primera vez en Ecuador, la Política Pública por una internet segura para niños, niñas y adolescentes en la que participaron en su diseño varias instancias ministeriales, instituciones de otras funciones del Estado y de la sociedad civil con el objetivo el de promover una cultura preventiva para el uso seguro de la internet y las tecnologías digitales, así como el adecuado seguimiento y sanción en caso de vulneraciones de derechos. Tiene una duración de 10 años, es decir, las 22 instituciones que participaron en su elaboración asumieron compromisos para su ejecución que deben ser permanentemente monitoreados y evaluados por las autoridades pertinentes de turno, pues los principales beneficiarios son este grupo etario.
Una de las acciones definidas en la política fue la creación en 2020 de la página web www.internetsegura.com La que actualmente volvió a estar al aire, por su utilidad y beneficio a la comunidad, pues el cuidado de la niñez y la adolescencia es una política de estado y no de gobierno.
En ella se puede encontrar explicaciones fáciles y sencillas sobre las formas de violencia en Internet y como prevenirlas están divididas en secciones con herramientas, consejos, videos, explicaciones dirigidas a padres, educadores y a los propios niños, niñas y adolescentes, por lo que, les invito a visitarla.