El emprendimiento femenino impulsa el crecimiento económico, la innovación y la inclusión social. Según el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2019/2020, el 17,4% de las mujeres adultas en el mundo participan en algún tipo de actividad emprendedora, ya sea en etapa inicial o establecida.
El emprendimiento femenino tiene una impronta especial, pues se enfrentan a desafíos como la brecha de género, la falta de financiamiento, la conciliación familiar y laboral, y los estereotipos sociales. Las mujeres al emprender asumen riesgos, innovan y crean valor. La mayoría de sus propuestas tienen un enfoque ético, sostenible y solidario y por ende buscan generar impacto social.
Por ello, existen varias iniciativas que apoyan a las emprendedoras. Una de ellas se realizó este fin de semana en Quito, el Techstars Startup Weekend Women Ecuador, impulsado por WeXchange, con apoyo de BID LAB y Strategia Humana, y el auspicio de varias universidades, cámaras y fundaciones públicas y privadas.
Este evento tuvo un énfasis especial, se determinó que los emprendimientos sean con base tecnológica, pues se busca apoyar el crecimiento de startups lideradas por mujeres en América Latina y el Caribe.
Si bien, existen mujeres, desarrolladoras, diseñadoras, programadoras; sin embargo, además de sus perfiles técnicos, se requiere de otros conocimientos para que sus proyectos puedan desplegarse y sostenerse. Asimismo, se busca que, en general, las mujeres tengan y obtengan más confianza en el uso de tecnologías para integrarlas en sus ideas de emprendimiento.
Esta iniciativa reunió a líderesas comunitarias, profesionales multidisciplinarias de todo nivel y experiencia con o sin aproximación tecnológica previa. Su objetivo era crear, en 54 horas, una idea básica de emprendimiento con base tecnológica. Es decir, facilitar la concreción de ideas de negocio a través de la identificación de un problema que requiere una solución a través del uso de las TIC, validando su idea, desarrollando un prototipo y presentando su proyecto ante un jurado de expertos.
Contó con la participación de 80 emprendedoras; así como 18 mentoras y 3 juezas, mujeres destacadas que retroalimentan a cada equipo participante y validan el modelo de negocio digital definido hasta llegar a tres ganadoras y una mención de honor. Es decir, mujeres ayudando a mujeres, construyendo sororidad.
Los beneficios de participar en un startup weekend son: aprender a validar una idea de negocio, desarrollar un producto mínimo viable y hacer un discurso efectivo; conocer y trabajar con personas con diferentes habilidades, perfiles y experiencias; recibir mentoría y feedback de expertos en diferentes áreas como diseño, desarrollo, marketing, finanzas, etc.; acceder a recursos y herramientas para impulsar el proyecto y formar parte de una comunidad global de emprendedores e innovadores.
Las emprendedoras desarrollaron habilidades y destrezas como el liderazgo participativo y empático, la toma de decisiones consciente, la creatividad, la resiliencia y la actitud positiva y proactiva que les impulsa a buscar nuevas oportunidades y desafíos. Tienen conciencia sobre su rol como agentes de cambio y modelos de referencia para otras mujeres.
Estas competencias son beneficiosas tanto para su crecimiento personal como profesional, y también para el de sus colaboradores, clientes, familias y comunidades.
Existen varias iniciativas que buscan apoyar a las emprendedoras que cuentan con el apoyo de diversas organizaciones públicas y privadas, a manera de ejemplo podemos citar: la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI), el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (MPCEIP), que ofrece programas de financiamiento, capacitación y asesoría; ConQuito, la Agencia de Promoción Económica de Quito, que impulsa el desarrollo de la ciudad a través de la innovación, el emprendimiento y la competitividad; la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), que cuenta con una incubadora de negocios, que ofrece mentoría, formación, networking y acceso a capital a los emprendedores, entre otras.
Se requiere de mayor apoyo y reconocimiento a las mujeres emprendedoras, así como políticas y programas que promuevan la equidad de género, el acceso a los recursos, la formación, el acompañamiento, y la generación de redes y alianzas. De esta manera, se pueden aprovechar el talento y el potencial de las mujeres para transformar sus realidades y las de sus familias y comunidades.