Sus libros y la número 5 fueron sus mejores amores de estudiante en el Teodoro Gómez de la Torre de la ciudad de Ibarra.
Luego pasó a la Universidad Católica de Quito, donde el Derecho Constitucional y el Derecho Laboral fueron sus grandes pasiones, ya para defender la Leym, ya para lograr la mejor colaboración entre empresarios y trabajadores. En estas dos especialidades profundizó sus estudios con abnegada constancia y responsabilidad y por ello, sus tratados son textos de consulta buscados por todos los abogados del Ecuador y sobre todo por sus más de dos mil hijos académicos de la “PUCE”, a quienes sigue orientándolos con mucho cariño. Fue el mejor parlamentario en la Asamblea Constitucional de 1998. Como buen ideólogo, ha defendido sus ideas con pasión y ha sido perseguido por ellas, por la mayoría de nuestros gobernantes. Los fines de semana se deleita cultivando sus frutales y sus flores o jugando con su pastor alemán “Braco” o con su diminuto pinsher “Miga”, en su quinta de Guayllabamba.Entre tantas entregas en pro del país, Yasuní es una más de sus luchas nobles, ciertas y sinceras.
Académico, político, escritor, amante de la naturaleza y de la sociedad; es nada menos que el mejor demócrata que nos representaría en las próximas elecciones del 2017 y sin lugar a dudas sería el mejor Presidente de la historia, por supuesto sin reelecciones indefinidas y peor con ciertas sabatinas.