A fines de abril de 1932, la prensa de Nueva York registraba, con el entusiasmo del público, la visita de una dama inglesa de ochenta años de edad: Alice P. Hargreaves. Días después, la distinguida visitante recibía un grado de la Universidad de Columbia, en honor a la “niñita cuyo encanto mágico” había producido “tanto deleite a la humanidad”.‘Alicia en el nuevo país de las maravillas’ fue el titular del New York Herald Tribune, al informar sobre la extraordinaria recepción que aquella nena de ochenta años tuvo en Estados Unidos.
Su nombre de pila había sido Alice Pleasance Liddell, la niña de la fabulosa historia que sigue cautivando la imaginación, adulta e infantil. Se originó en un paseo ya legendario por el río Támesis en los alrededores de Oxford, en 1862, cuando Lewis Carroll entretenía con uno de sus cuentos a las hermanas Liddell. Alice, entonces de diez años, le insistió que escribiera el cuento. Así nació Alice’s Adventures in Wonderland, el libro que cumple 150 años.
Es un aniversario especial. La obra de Carroll marcó un hito en la historia de la literatura infantil. Como señala Robert Douglas-Fairhurst, profesor de Oxford, en una biografía para la ocasión, los libros para niños en tiempos de Carroll estaban dirigidos a disciplinar criaturas “malvadas” . Las cosas estaban cambiando. Pero el mundo fantástico concebido por Carroll fue la revolución.
La biografía de Douglas-Fairhurst enlaza tres vidas: la de Carroll, la de la verdadera Alicia, y la del libro, Alicia en el país de las maravillas. Esta última es la más fascinante.
Fue un éxito editorial desde el principio. En 1869 se publicó en francés y alemán, con buen éxito inesperado, pues sus genialidades lingüísticas lo hacían en buena medida intraducible. Al castellano solo se tradujo en 1922.
Alicia adquirió vida propia desde su aparición. Su figura se hizo más visible gracias a los dibujos de John Tenniel –caricaturista de la revista Punch–, que acompañaron el texto en su primera edición. “¿Cuál es la utilidad de un libro sin ilustraciones o diálogos?”, se pregunta Alicia al comienzo de su historia, anticipando otra de sus novedades editoriales. Siguieron otras Alicias y otros mundos maravillosos y subterráneos, en la literatura y en el cine.
La vida de Carroll está rodeada de misterios, sobre todo por su devoción a los niños, como si él nunca hubiese abandonado la niñez. Clérigo y profesor de matemáticas, estudió en uno de los colleges tradicionales de Oxford, Christ Church, donde enseñó y vivió hasta su muerte, en 1898. Desarrolló una pasión por la fotografía. Tímido y retraído, quien creara un mundo tan fantástico tuvo una vida paradójicamente parroquial.
La vida de la verdadera Alice, tampoco estuvo llena de aventuras. Un memorable paseo por el Támesis cerca de Oxford motivó la más mágica de las aventuras, donde Alicia, la niña interroga sin cesar un mundo sin sentido.