Stormy, de dos años de edad, estuvo a punto de ser sacrificado luego de que fuera abandonado por su familia en una perrera. Foto: Facebook Julie Carner
Stormy, un amoroso pitbull de dos años, fue abandonado por su familia después del nacimiento de un bebé. El animal vivía con dos adultos, cuatro niños, dos perros y un gato. Pero cuando llegó el quinto hijo, sus cuidadores decidieron que él ya no tenía un lugar en ese hogar.
Es un perro sociable y cariñoso. Se lleva bien con todo tipo de animales y es muy dulce y delicado con los niños. Sin embargo, aunque para Stormy su familia era el centro de su universo, su dueña decidió que debía irse pues, de repente, la casa era muy pequeña. Entonces decidieron llevarlo a una perrera en Estados Unidos con una alta tasa de eutanasia.
Las fotografías de Stormy, que antes se llamaba Freshy, cuando llegó a ese lugar extraño se difundieron en redes sociales. Julie Carner compartió la historia en su página de Facebook. “Es un buen chico con niños, gatos y perros, pero su madre humana no lo consideró suficiente y por eso morirá”, escribió. Solo tenían 18 horas para encontrar un hogar temporal para sacarlo de la lista de los animales que serán sacrificados. “Su cara lo dice todo, tiene el corazón roto“, agregó.
Cuando Alana Guerrini vio la publicación no perdió tiempo. Inmediatamente se comunicó con la perrera para informar que ella lo cuidaría mientras encontraba un hogar definitivo. Eran las 16:59, un minuto antes de la hora programada para la eutanasia.
Guerrini y su hijo de 16 años salieron a buscarlo. Stormy se subió al auto y pudo mostrar su alegre personalidad. No paró de dar besos y caricias a los humanos que le habían salvado la vida.
“Mientras se acurrucaban para tomar una siesta con mi hijo, empezaron a jugar. En un momento su mano quedó accidentalmente dentro de la boca de Stormy, pero el perro rápidamente y con mucho cuidado retiró su mano para no lastimar al chico”, contó Guerrini en una publicación en Facebook.