Con Moisés Caicedo como figura, el Chelsea conquistó la Uefa Conference League tras golear 4-1 al Real Betis, el miércoles 28 de mayo. El ecuatoriano fue determinante en la final, al anotar el gol que selló la victoria, y celebró con euforia su primer título en el fútbol europeo.
El mediocampista tricolor pasó de ser protagonista en la cancha a serlo también en los camerinos y en la fiesta privada del equipo.
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Caicedo cantó, bailó y fue el alma de los festejos del Chelsea
En el vestuario del estadio en Polonia, apenas terminado el partido, Caicedo realizó un en vivo en su cuenta de Instagram, donde se lo vio suelto, sonriente y compartiendo con sus compañeros, especialmente con los hispanohablantes como Enzo Fernández y Marc Cucurella.
Convertido en dueño del ambiente, ‘Niño Moi‘ puso música en español y bailó al ritmo del clásico ‘Gasolina’ de Daddy Yankee, provocando risas y aplausos entre sus compañeros.
Horas más tarde, ya en la fiesta privada del club, se viralizaron nuevos videos de Caicedo siendo el centro de atención: se animó a cantar karaoke, entonó algunos temas de Bad Bunny, y no se olvidó de sus raíces.
En un momento especial, cantó ‘Vitamina‘, del artista ecuatoriano Jombriel, desatando la ovación del plantel.
Moisés Caicedo y un hecho histórico
Moisés Caicedo hizo historia en el fútbol ecuatoriano al convertirse en el primer jugador tricolor en anotar en una final de competencia europea.
El mediocampista selló la goleada del Chelsea sobre el Real Betis en la final de la UEFA Conference League, contribuyendo con el cuarto gol del 4-1 definitivo que le dio el título al conjunto inglés.
La jugada comenzó con Caicedo en el centro del campo, cuando envió un pase preciso hacia la banda derecha. Enzo Fernández tomó el balón, avanzó por el costado y envió un centro raso al área.
El balón encontró al ecuatoriano entrando al área, quien remató de primera con su pierna derecha. El disparo rozó en un defensor del Betis, lo que generó un efecto curvo e inatajable. La pelota se metió ajustada al poste derecho del arquero Adrián San Miguel, que no pudo evitar el gol.
El Confesionario – Jefferson Cepeda