Prefiera el blanco. Los colores fuertes se desgastan con mayor facilidad. Foto: Cortesía
El fuerte sol también afecta a la temperatura de la casa, haciendo que esta se incremente y que el calor se concentre por más tiempo en las estancias. Pero hay soluciones arquitectónicas y caseras para lograr que el ambiente se mantenga más fresco.
Garibaldi Loor, asesor técnico de Pintulac, explica que una forma de lograr que la vivienda se conserve fresca es optar por pintar los exteriores con pintura blanca, tanto las paredes como el techo. En este último se debe aplicar un impermeabilizante de color blanco. Señala que este tono permite que los rayos del sol reboten, evitando que traspasen y eleven la temperatura.
El sol también afecta a la pintura. El especialista señala que los colores intensos son los que se desgastan mucho más rápido sobre todo si no son pinturas acrílicas. Si observa que el color está opaco, envejecido o que hay grietas, una solución es renovar la pintura. Para esto debe aplicar pinturas de alta gama, es decir acrílicas que sean para el exterior y que en lo posible contengan protección UV. Evite colores muy vivos o fuertes.
El blanco permite que los rayos del sol reboten, evitando que traspasen y eleven la temperatura.
Se recomienda pintar en horas en el que el sol haya bajado su intensidad ya que si se pinta con altas temperaturas la pintura se seca de forma acelerada lo que puede ocasionar que aparezcan burbujas o la que pintura se desprenda con facilidad.
Otras de las soluciones más sencillas para mantener una temperatura fresca es la ventilación nocturna. Para ello debe abrir las ventanas durante toda la noche, de esta manera ingresará el aire y se conservará durante el día. Eso sí, con todas las medidas de seguridad. Otro consejo es evitar el uso alfombras gruesas.