Paulina Moncayo en el porche de su casa, ubicada en Alangasí. Predominan las columnas grandes con molduras. Fotos: Vicente Costales / CONSTRUIR.
El estilo español de los paraderos turísticos que Paulina Moncayo apreció durante sus viajes por Europa la inspiró para diseñar el lugar en el que vivió con su familia por 10 años.
Sus ideas propias, su creatividad y la pasión por lograr su entorno personal se conjugaron con esta influencia. El resultado fue una casa de 780 metros cuadrados de construcción, pensada minuciosamente hasta su último rincón.
Por la belleza del entorno campestre de Alangasí, por su comodidad y por la amplitud de cada espacio, hoy esta propiedad incluso se alquila para eventos y reuniones.
Desde el exterior, la influencia española se percibe en las rejas de las ventanas y las molduras en degradé que sobresalen en la parte superior de la fachada. La puerta principal, los faroles de hierro que dan la bienvenida y las columnas grandes también son evidencia de ello. Como parte de la materialidad, además se destacan la teja del techo, la piedra, las pilas, entre otros detalles.
Ya en el interior también se respira ese aire tradicional español, gracias a las rejas internas de las ventanas. Esto se conjuga con una amplia chimenea, los techos altos y la madera en acabados y mobiliario: un estilo rústico.
Las rejas estilo español se aprecian desde el exterior.
Los colores tierra, que se acoplan a la perfección al estilo rústico, se complementan con un piso de travertino beige. Ambos permiten resaltar las grandes bancas ubicadas en el corredor principal.
Este ambiente da la bienvenida a la vivienda, que en su planta baja cuenta con una amplia sala, una cocina generosa, cuatro dormitorios, todos con baño completo; además de un baño para las visitas.
Desde este piso hay salida hacia un porche, los jardines que incluyen canchas deportivas y la piscina, ubicada junto al área cubierta de BBQ.
En la segunda planta está la habitación máster con su baño y su ‘walk in closet’. Hasta ese lugar se llega por unas gradas en curva, cuyo trayecto lo acompaña una pared con candelabros y una lámpara gigante que cuelga del techo de doble altura de la estancia.
A esto se suman los balcones desde varias áreas de la casa, que cuentan con detalles propios del estilo antiguo, como los herrajes de las ventanas.
La diseñadora de interiores es fiel a las combinaciones. Por eso, en su vivienda complementó cada detalle con más de un elemento del ambiente.
La cocina es amplia y tiene salida hacia los jardines.
Así, por ejemplo, la mesa de centro de la sala se conjuga con los detalles de la chimenea y el tallado de las vigas de madera que se encuentran en el techo de toda la casa, con efecto netamente decorativo.
Esta mesa de centro, de grandes dimensiones, se destaca por sus detalles de tallado local, por el diseño de Paulina Moncayo y porque lleva la marca del baile flamenco, que se puede practicar sobre ella.
Este es solo uno de los ejemplos del mobiliario que la interiorista diseñó, basada en ideas de la tradición europea y que logran un efecto histórico.
La mesa de comedor es otro referente. Se trata de un diseño con patas inspiradas en el estilo de toda la casa, con un tablón de madera maciza, que se impone en una de las tantas áreas sociales de la casa.
La cocina es amplia y surtida de espacios cómodos, desde donde se sale al jardín que conecta con la piscina y el área de recreación familiar.
La piscina se encuentra junto al área BBQ cubierta. La vegetación rodea todo el lugar.
Al hablar de la decoración, Moncayo vuelve al estilo español como referencia. Pondos, canastas, faroles, cuadros de grandes dimensiones, baúles y muebles que son réplicas de piezas antiguas hacen parte de cada espacio interior.
En la decoración rústica la iluminación también es indispensable. Para Moncayo esto es lo más importante y, en su casa, hizo que predomine la luz indirecta, que brinda un efecto de calidez, importante en espacios amplios como los de esta vivienda rústica.
Pese a que esta diseñadora de interiores considera que no existen reglas en el diseño de interiores y que la mezcla de estilos no es mala, quiso dejar en su vivienda un sello al más puro estilo de las casonas españolas de antaño.