Para hablar delante de un micrófono algunas autoridades son buenazas, pero a la hora de cumplir su obligación dejan mucho que desear. Los casos de las pruebas y las vacunas son un ejemplo palpable de lo dicho.
Prometieron miles de pruebas, compraron de forma oscura, lo que la justicia tarda en dilucidar y hasta ahora no hay un informe cabal y científico de su efectividad. El Ecuador ha mostrado las debilidades de su estructura de salud, como muchos países, pero en el número de pruebas realizadas si estamos en el sótano, es en verdad el cuarto mundo.
Otro aspecto es el de las vacunas. Se ofreció contactos con laboratorios grandes, se dijo que se había adelantado dinero. Hicieron un desfile para recibir 8 000 dosis que no se sabe bien como las administraron y hubo preferencias en su aplicación.