Se puede decir que un país es soberano cuando sus ciudadanos son considerados independientes, libremente pueden invertir o gastar el dinero fruto de su trabajo, luego de haber satisfecho sus impuestos de ley, ejerciendo autoridad total sobre sus destinos y con plena autonomía. Esto se logra cuando existe, además de la libertad de conciencia y libre albedrío, una moneda de curso legal, emitida por el Estado y reconocida o adoptada, como es el caso del dólar en el Ecuador, aceptado mundialmente.
Se considera dinero a la moneda de uso corriente, que sea aceptada como instrumento de unidad de cuenta, que tenga una medida de valor y que sirva como medio de pago; ninguna de éstas condiciones se dan con el dinero electrónico. Ecuatorianos que viajen a Ipiales o pasen la frontera sur al Perú, no podrán utilizar su dinero electrónico para comprar bienes o pagar servicios, tales como taxis, hoteles, etc. Porque no es dinero de curso legal, así mismo, si desea viajar al exterior por razones de emergencia de salud o estudios o simplemente para disfrutar de un merecido descanso, posiblemente tendrá que canjear su dinero electrónico en el Banco Central donde se establecería un sistema de cupos por partidas, donde el cumplimiento de nuestra abultada deuda tendría prioridad sobre otras necesidades urgentes que aisladamente soliciten ciudadanos.
Exigencias como documentos habrá que presentar para que justifiquen la entrega de dólares en efectivo o cheque, según el caso, con las limitaciones que la ley establecería y la economía lo permita. Procedimientos que de ser aplicados disminuirían la soberanía que actualmente disfrutamos.