Hoy recuerdo de manera especial a Mons. Juan Ignacio Larrea Holguín. El 27 de agosto del 2006 entregó su alma al Señor y estoy seguro de goza de Su presencia desde el primer instante. Tuve la suerte de verle pintar en sus breves tiempos de descanso y acompañarle en algunas de sus excursiones. Recuerdo una al refugio del Chimborazo a 5 000 m, con más de 70 años de edad, llevaba de manera ejemplar su enfermedad. Recuerdo sus obras jurídicas y pastorales, su claridad de ideas y de doctrina con un mensaje cristiano católico que vivió y transmitió toda su vida. Cuando me gradué de abogado, le dediqué mi tesina. Fue para mí un colega, un amigo y un hermano.