El doble discurso
En los actuales momentos en la polÃtica se advierte la propensión de los polÃticos a exhibir un doble discurso, por un lado, las ofertas y propaganda para hacer creer a la gente de que sus propuestas son ciertas y, por otro lado, ya en la realidad del ejercicio de sus funciones, se advierte la inutilidad de sus acciones con relación a las propuestas y terminan sus mandatos sin haber cumplido lo que habÃan prometido.
Esta actitud no transparente hace pensar que muchas veces la personalidad humana se reviste de esa doble actitud, que lleva a ese doble discurso, es decir, por un lado, haciendo aparecer la parte que creemos es la verdadera y real y, por otro lado, lo que en el ser más Ãntimo las personas están pensando de manera diferente. Viene a ser que vivimos de las apariencias, queremos a veces hacer creer a la gente cosas distintas a lo que propiamente somos en nuestro ser más interior. Quiere decir que no siempre transparentamos las cosas, muchas veces vivimos solo de una falsa presentación de nosotros y pensando solamente en nuestro propio beneficio.
Debemos concientizar en todo momento en presentarnos con una sola personalidad, un solo discurso, ser lo que somos y demostrarnos de manera auténtica, sin lugar a desfiguraciones, ni apreciaciones que quiten el verdadero valor de nuestras más genuinas intenciones, siempre pensando en el bien común, la solidaridad y el apoyo humanitario, especialmente ahora que nos vemos abocados a tantas situaciones negativas, que obligan a que se acreciente ese espÃritu de bien y de fraternidad.
Que importante en la vida no vivir con un doble discurso, pues eso desfigura la verdadera razón de nuestro comportamiento, que si creemos ser hombres de bien, debemos siempre comportarnos como tal deseamos ser y no hacer creer a las personas que somos diferentes o que con engaños hacer cosas que no son las reales y verdaderas. Vivamos con plena autenticidad y siempre acordes a nuestra propia naturaleza, tendiente siempre al bien común y a un comportamiento sano y correcto.
No dejemos que las circunstancias de la vida nos transformen y nos confundan y actuemos de forma diferente a cómo realmente somos, pues nunca debemos dejarnos arrastrar por las circunstancias pasajeras, por las banalidades de la vida y por aquellos momentos de éxitos y logros, que a lo mejor son solo transitorios y más bien concentrémonos en la vida que nos signifique una tranquilidad y una paz interior, que nos permita realmente desarrollar nuestro ser más Ãntimo hacia todo aquello que signifique felicidad y plenitud.
Hernán Patricio Orcés Salvador