La odisea de bajar del bus

Me pregunto si los señores que ordenaron que la salida de los usuarios de los buses sea por la puerta de atrás han subido a un bus. De hacerlo, cambiarían de opinión. Me explico: al subir al bus se oye insistentemente “la salida es por atrás”. Si la persona está delante o en la mitad del bus hasta llegar a la puerta de atrás tiene que caminar por el corredor estrecho a codazo limpio con el peligro de que sean robadas sus pertenencias. Cuando se llega a la puerta, toda agitada y descompuesta y está a punto de bajarse, el chofer arranca el vehículo y la persona se queda atrapada en la puerta que se cierra bruscamente causando golpes. O en el momento que un pie está en la acera y el otro en la grada también arranca y comienza a arrastrar al usuario, sino fuera por los gritos desesperados de los pasajeros de “pare”, la víctima estaría gravemente herida. Son dos experiencias negativas que me han pasado y a otras personas también. No son inventos.

Será posible que las autoridades ordenen que las personas de la tercera edad o con alguna limitación física, madres con niños en brazos se puedan bajar por delante para que el señor chofer arranque con la seguridad de que no va a causar ningún daño. El controlador dice que son órdenes superiores y que la salida es por atrás y punto, a nosotros nos multan. Son órdenes rígidas que deben ser cumplidas aunque las personas que toman este transporte sean lesionadas. ¿Se puede cambiar?

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